Ante el posible cierre de una docena de vertederos, el presidente de la Comisión de Desarrollo Económico, Energía y Planificación, el representante Víctor Parés Otero propuso hoy una cumbre con todos los alcaldes para discutir alternativas, mediante legislación o a través de alianzas municipales, al problema de disposición y acarreo de desperdicios sólidos en la isla.

“Ellos (los alcaldes) son quienes tienen la mejor respuesta a esta situación, según las necesidades de su municipio. Así que cada municipio nos ayudaría a buscar esas alternativas que habremos de evaluar y poner sobre la mesa”, sostuvo el representante novoprogresista en una vista pública de la comisión legislativa que investiga el posible cierre de vertederos por falta de espacio.

Una de las alternativas que surgió en la vista fue la posibilidad de incentivar a los ciudadanos para que llegue menos basura a los vertederos, mediante el pago de una tarifa por la disposición de los desperdicios domésticos. Esta idea fue presentada por la agrónoma Maribelle Marrero Vázquez, vicepresidenta de Asuntos Gubernamentales de la compañía Consolidated Waste Services, LLC (ConWaste).

Marrero Vázquez indicó que, si se establece esta alternativa, tiene que ser una de aplicabilidad en toda la isla y no solo en algunos municipios, para evitar que las personas viajen a pueblos en donde no se cobra la tarifa por depositar sus desperdicios.

Explicó que con esta estrategia se busca poner en manos de cada familia lo que pagarán por la disposición de los desperdicios, pues, mientras menos objetos coloquen en la basura, a la vez que aumenta el reciclaje, menos serán sus costos. Por lo tanto, el gasto de acarreo disminuirá y la vida útil de los vertederos se extenderá.

“No hay que reinventar la rueda, la misma ya está inventada”, dijo Marrero Vázquez, quien dio como ejemplo el municipio de San Germán, cuyos porcientos de reciclaje aumentaron dramáticamente una vez se estableció la compra de bolsas para colocar los desperdicios sólidos, a la vez que se incentivaba el reciclaje.

Otro ejemplo utilizado fue la práctica común en ciudades de los Estados Unidos de incentivar el reciclaje mediante tarifas que se aplican al volumen de desperdicios domésticos y la aplicación de multas si no se siguen las instrucciones.

Marrero Vázquez afirmó que lo urgente es “establecer estrategias reales y realizables, evaluando la capacidad fiscal de los municipios, contando con los alcaldes, usando la mejor tecnología disponible, pero pensando en la realidad presente y futura; consultando a expertos en el campo, pero tomando en cuenta a las comunidades. Poniéndonos de acuerdo todos por un mejor Puerto Rico”.

Por su parte, el representante José Aponte Hernández dijo que en ciudades de Estados Unidos hay unos costos para la disposición de los desperdicios sólidos y se imponen multas por el manejo inapropiado del reciclaje.

“En Puerto Rico hay una realidad. Hemos estado mirando y muy especial los alcaldes, que tienen esa responsabilidad directa, el que sea la Legislatura quien imponga para entonces decir que no fue culpa de ellos. Yo como le dije a un alcalde, no tengo ningún problema con asumir nuestra responsabilidad y como dije, el compañero Parés y yo estamos trabajando eso, ahora esta investigación que se está realizando va a rendir un informe y de los resultados sabremos qué se puede establecer a nivel de los municipios para reforzar el cumplimiento de esto”, dijo para recalcar que son los municipios los encargados de atender en cada uno de sus pueblos el manejo de desperdicios sólidos. 

Por su parte, Ramón Meléndez, ayudante especial del alcalde de Guaynabo, recomendó que se actualice el Plan Estratégico para el Manejo de los Residuos Sólidos del 2004 y se atempere a las necesidades actuales y a las nuevas tecnologías existentes.

A su vez, exhortó a “establecer una tarifa uniforme razonable para el recogido y disposición de los desperdicios sólidos y se busca los fondos estatales y federales para aumentar la vida útil de los vertederos regionales”.

Mientras tanto, Jesús Morales, director del Sistema de Relleno Sanitario del Municipio de Carolina, sugirió que se establezca de forma vigorosa el método de desvío, reuso, reciclaje y reducción, de modo que se pueda alargar la vida de los vertederos, tal y como ocurre en este pueblo cuyo relleno sanitario tiene una vida útil de 30 años.