Sectores liberales y conservadores se enfrentaron hoy en una maratónica vista pública en el Capitolio en la que se comenzó a evaluar el proyecto del Senado 184 que prohibiría someter a menores de edad a terapias de conversión para cambiarles su orientación sexual.

“Las terapias de conversión no son buenas y no hay ninguna organización científica que las acepte. En sus manos (los legisladores) está que esto se siga permitiendo”, expresó el psiquiatra y neurólogo, José Franceschini, quien abrió la discusión en el Salón Leopoldo Figueroa.

“Son los padres los que deben someterse a un proceso terapéutico para aceptar la orientación sexual de sus hijos y que no se disloque la relación de amor. He tenido la experiencia con varios padres de enseñarle la documentación de la ciencia que hay sobre esto”, declaró el psiquiatra a preguntas del presidente de la Comisión de Iniciativas Comunitarias, José Vargas Vidot.

La vista pública, que comenzó a las 9:00 de la mañana y se extendió hasta horas de la noche, estuvo matizada por choques entre los autores de la pieza legislativa y la senadora del Proyecto Dignidad, Joanne Rodríguez Veve. El diferendo se manifestó también entre el pastor bautista René Pereira Morales y Vargas Vidot.

La medida es de la autoría del salubrista y los también senadores, Ana Irma Rivera Lassén y Rafael Bernabe, del Movimiento Victoria Ciudadana y María de Lourdes Santiago, del Partido Independentista Puertorriqueño. El senador popular Javier Aponte Dalmau es coautor, pero no ha se ha presentado al Salón Lepoldo Figueroa, donde se condujeron los trabajos.

Franceschini, también jefe de Psiquiatría de la Universidad Central del Caribe dijo que se estima que los homosexuales podrían constituir el 10 por ciento de la población mundial. Recalcó que la homosexualidad no se considera una enfermedad.

“La teoría científica y biológica reconoce que hay homosexualismo en todos los mamíferos y hay evidencia científica al respecto y nosotros somos mamíferos también. Por eso es que se estima que un 10 por ciento de las personas en el mundo tiene esta orientación hacia la homosexualidad”, sostuvo.

El galeno dijo que una terapia de conversión es cuando el paciente “viene con el conflicto y uno trata de humillarlo, utilizando técnicas de aversión, condenándolo, cuando esto no es correcto y eso va en contra de una persona que nace homosexual”. Declaró que como psiquiatra se le han acercado padres solicitándole terapias de conversión para sus hijos.

“Un profesional lo que debe hacer es que la persona logre su aceptación y que acepte que no es su culpa”, sostuvo el psiquiatra.

“Para mí el tratamiento es para la persona y no la víctima porque mucho tiene que ver con una cultura milenaria homofóbica. Yo mismo me crié con el bullying a muchos jóvenes con esa tendencia. Tengo que admitir que yo de adulto llegué a ser homofóbico porque eso fue lo que me enseñaron”, estableció Franceschini.

A preguntas de la senadora Rodríguez Veve, el psiquiatra reconoció que no se leyó completamente el proyecto de ley.

“Yo sí lo he leído”, le replicó la legisladora, a quien le valió un regaño del Presidente de la Comisión legislativa.

“No creo en que se deba a obligar a nadie a cambiar aspecto alguno de su sexualidad en contra de su voluntad, de la misma forma no se debe obligar a cambiar cuando la persona voluntariamente lo quiere”, dijo Rodríguez Veve, quien alegó que el proyecto en su definición de terapias de conversión “no habla de niños, habla de individuos”.

“Senadora le estoy pidiendo que respete al deponente”, advirtió Vargas Vidot a Rodríguez Veve porque la legisladora interrumpía al psiquiatra sin dejar que terminara sus respuestas. “Yo manejo mi tiempo”, replicó la senadora, quien lucía a la defensiva.

Posteriormente, los senadores Rivera Lassén, Bernabe y Santiago dejaron claro en el record legislativo, que la medida “dice claramente que no se puede incurrir en terapias de conversión a menores de edad.

“No se llame a engaño, este proyecto no habla adultos como se ha dicho aquí, de lo que habla de los menores”, sentenció Bernabe.

“No sé cómo los promotores pueden estar sonrientes diciéndole al País que esto no se prohíba para todo el mundo”, reclamó Rodríguez Veve, a quien le apagaron el micrófono porque terminado su turno continuaba increpando al psiquiatra.

En su turno en la silla de deponentes, la vice presidenta del Colegio de Trabajadores Sociales, Lydael Vega expresó preocupación en torno a que el proyecto no mencione explícitamente las terapias o intervenciones que se ofrecen en las iglesias y sus instituciones, y que puede ser realizadas por los miembros del clero, líderes religiosos o consejeros espirituales. “La consejería espiritual que busca cambiar la orientación sexual de una persona también es terapia reparativa y causa los traumas antes mencionados”, indicó Vega.

Pastor se opone al proyecto

Mientras, el pastor Pereira Morales, quien declaró en otro panel, se opuso al proyecto a brazo partido, pues dijo que como está redactada la medida “es realmente una ley para prohibir cualquier afirmación de la heterosexualidad”.

“Aquí vemos una vez más al Estado civil pretendiendo invadir la privacidad del hogar y la familia para imponer su visión particular ideológica de un asunto que es opinable”, Pereira. Agregó que la pieza legislativa es “un refrito del Proyecto 1000”, que el pasado cuatrienio se colgó en la Cámara, tras un fuerte cabildeo del sector religioso.

“Resulta que el problema aquí es la iglesia y no se ha podido presentar evidencia de que estas terapias como se definen aquí se estén llevado a cabo por instituciones civiles, no sectarias, no religiosas”, reclamó el líder religioso, quien también tuvo un fuerte careo con Vargas Vidot y el legislador le replicó: “Aquí el Presidente soy yo”.

“Aquí se estaría violentando el principio de separación de iglesia y estado”, sostuvo Pereira, quien relacionó el Proyecto 184 con “la ideología de género”.

Alegó que hay “un esfuerzo deliberado y en conjunto” entre el Proyecto 184 y el Proyecto del Senado 185 que propone implementar la enseñanza con perspectiva de género.

La senadora Rivera Lassén le preguntó de dónde sacaba el concepto de “ideología de género”, pero Pereira no pudo especificar. “De los distintos (libros) que he leído”, indicó el religioso.

Trabajador social da testimonio de cuando fue sometido a terapias de conversión

Por su parte, Alejandro Santiago Calderón, trabajador social y activista de la comunidad LGBTT+ relató a la comisión senatorial cómo fue sometido a terapias de conversión en los escenarios religiosos entre 2008 al 2013 cuando comenzaba sus años universitarios.

“El proceso de terapia de conversión y terapia reparativa, indistintamente del escenario, se pensaría que se da de forma voluntaria. Esa voluntariedad no existe dada a las influencias sociales sobre las expectativas existentes sobre el género. Somos sometidos a cambio de buscar el amor y aceptación de la sociedad”, dijo Santiago Calderón.

“Las terapias de conversión o cualquiera de sus modalidades se pueden aplicar, según la interpreten como propia las iglesias y sus respectivos líderes. Ese simple comentario del líder religioso desde su perspectiva hetero normativa y violenta, es suficiente para que los padres y madres sientan la presión social de decir: “yo no quiero que mi hijo sea maricón”. Peor aún, “no quiero un hijo pato, para eso lo prefiero tecato o muerto”, sostuvo.

Relató que, en su experiencia, algunas de las recomendaciones eran hacer ayunos y largas horas de oración. “Ayunos intermitentes o de larga horas; de seis, siete y catorce horas. Puede incluir convocar el resto de la iglesia para ayunar contigo, oraciones en cadena, re victimización, etc. El aislamiento es reconocido como una estrategia efectiva para alcanzar mayor concentración (comunión). Todo con la intención de la salvación o liberación de ésta persona en particular, en este caso yo”, describió el trabajador social.

Declaró que uno de los eventos “más violentos y traumatizantes” para él, ocurrió en una plaza pública de un residencial público en el área metropolitana. “Allí fui sometido a exorcismo, me llamaron por mi nombre, me señala y me dice ‘el demonio de la homosexualidad está sobre ti’. Todo un espectáculo”, sostuvo Santiago Calderón, quien dijo que “en el camino” descubrió las terapias afirmativas LGBTQ+, de forma autodidacta.

“Lo apliqué en mí alcanzando la verdadera conversión: amor propio y orgullo por quien soy. Esta fue mi realidad, es mi historia… es mi verdad”, dijo para agregar que las terapias de conversión o terapias reparativas “son abusivas y una tortura y nadie debe pasar por este proceso”.

En la vista también declararon los ex senadores Eduardo Bhatia y Zoé Laboy, quienes impulsaron la pieza legislativa el pasado cuatrienio junto con otros senadores.

El Proyecto 184 también fue apoyado por el Comité Amplio para la Búsqueda de la Equidad (CABE) y el Proyecto Matria.

Ademas, se opusieron al proyecto, la organización Alerta Puerto Rico y el pediatra, Rosalina Valcárcel Ruiz.

En el último panel, ya en horas de la noche, junto a Bhatia y Laboy, atestiguó otro joven víctima de las terapias de conversión.

Gustavo Villanueva, de 28 años, dijo que cuando terminó la escuela superior estaba confundido y padecía de depresión y ansiedad y una amiga le recomendó a una psicóloga clínica. “Este profesional de la salud en quien plenamente confié me brindó una alegada herramienta para salir de la vida que algunos consideraban torcida”, dijo Gustavo, al añadir que la psicóloga le indicó que era un hombre heterosexual con tendencias homosexuales.