El 83.3% de los puertorriqueños reconocieron la vacunación contra el COVID-19 como una herramienta que les ayuda a despreocuparles de un posible contagio del virus, según reveló un estudio auspiciado por las Instituciones Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés).

En el estudio, diseñado por miembros de la facultad de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de la Universidad de Harvard, junto con estudiantes de los recintos de Cayey y Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico, se expuso que de 1,911 personas encuestadas, en su mayoría mujeres menores de 50 años que residen en la isla, 1,591 validaban la vacunación.

Además, la misma investigación que se llevó a cabo entre diciembre de 2020 y febrero de este año informó que 1,686 participantes respondieron que las vacunas podían reducir los riesgos de contagio o combatir las complicaciones que el COVID-19 genera.

La doctora Iris Cardona, oficial principal médico del Departamento de Salud, por su parte, indicó en entrevista con Primera Hora que el estudio que usó el modelo de creencias de salud desarrollado (HBM, por sus siglas en inglés) como marco teórico reconoció que un 82.7% de los participantes tenían la intención de vacunarse, lo cual afirmó que ese dato es “cónsono con los números que tenemos hoy, donde el 80% de la población de adultos de Puerto Rico ya ha recibido su vacuna”.

Según el portal de la agencia, alrededor de un 79% de 2,848,293 personas aptas para recibir la vacuna completaron la fase.

Pero para la infectóloga lo revelador del informe fue que tanto personas con intenciones de vacunarse, como aquellos que no deseaban administrarse las vacunas, “percibían riesgo y severidad con el virus”.

Según el informe, solo 6% de los encuestados no contaban con la intención de recibir las dosis contra el virus que ha cobrado más de 3,100 vidas en la Isla desde que inició la pandemia en marzo. Mientras tanto, 11% de los participantes se mostraron dudosos de recibir la vacuna.

“Los encuestados que declararon no tener intención de vacunarse o no estar seguros tenían más probabilidades de ser mujeres, tener entre 30 y 39 años de edad, tener ingresos más bajos y no tener antecedentes de ninguna enfermedad,” señaló el análisis aprobado en mayo de este año.

Dentro de las barreras de vacunación, es decir, aquellas razones para dudar o no vacunarse, las cinco que más resaltaron fueron “la seguridad de la vacuna (63.8%), la eficacia de la vacuna (49.4%), la novedad de la vacuna (45.5%), el rigor de las pruebas de la vacuna (41.6%) y la falta de confianza en el gobierno (31.4%)”.

Por otra parte, el mismo estudio señaló que más del 50% de la población encuestada reconocía la religiosidad como una parte importante en su cotidianidad y que había recibido la vacuna anual contra la influenza.

“Eso es lo bueno de este tipo de estudio, que van a ver lo que piensa la gente,” indicó Cardona.

Mientras tanto, manifestó que el estudio recomendó “desarrollar mensajes bien dirigidos y que pueden haber diferencias de acuerdo a tu nivel socioeconómico, la educación que tengas y las cuestiones sociodemográficas”.

Con la publicación de este estudio, ¿qué hay en la agenda del Departamento de Salud para lograr llegar a esa población que resiste aún la vacuna?, preguntó Primera Hora.

Cardona respondió que la agencia “va en la dirección correcta” luego de trabajar de cerca con líderes comunitarios para conectarse con ciudadanos comunes, dialogar con líderes de base de fe para promover la vacunación y visitar hogares directamente para informar sobre la importancia de hacerlo.

“Por eso es que tenemos los números que tenemos por hoy, hemos tomado todas las alternativas posibles”, indicó.

“Mi visión es que, en la medida en la que nosotros vamos avanzando, las personas van cogiendo confianza en el proceso de vacunación, y lo están haciendo”, añadió.