Los echaron al zafacón, ¿o no?

La Unión de Trabajadores de la Industria Eléctrica y Riego (Utier) denunció ayer que la Autoridad de Energía Eléctrica no se incautó de las piezas que “volaron” la semana pasada en el centro energético de Monacillo ocasionando el megaapagón que dejó sin luz a casi todo Puerto Rico.

El presidente de la Utier, Ángel Figueroa Jaramillo, dijo que empleados de la agencia le tomaron fotos a un zafacón donde se observan los aisladores que supuestamente se partieron el pasado viernes.

“Después de nuestra denuncia, los deben haber recogido”, dijo Figueroa Jaramillo, pero anoche la AEE consignó que los averiados están en posesión del jefe de la Subdivisión de Operaciones, Salvador Serrano, en el edificio de la Torre en Monacillos.

Serrano indica en un email enviado al director de la AEE que el sábado se reemplazaron otros aisladores porque estaban en malas condiciones.

Ayer, el líder de la Utier sostuvo que los tornillos de los aisladores que se rompieron el viernes “estaban desgastados como los clavos de Cristo”.

Mencionó que la argolla de metal que sujetaba los aisladores estaba corroída y se rompió, lo que demuestra que a ese sistema no se le estaba dando mantenimiento.

El mantenimiento de esos sistemas dijo que “es ninguno”.

Reclamar que pudo haber habido mano criminal en el incidente, para la Utier “es un subterfugio para desviar la atención sobre la designación de Josué Colón como director interino de la AEE”.

Otras versiones apuntan a que la avería fue una menor, que no debió sacar del sistema a las principales centrales de energía del país.

Que el apagón fuera tan grande, hizo que el presidente de la Junta de Gobierno de la AEE, José Ortiz, le solicitara una pesquisa del hecho a Homeland Security.

Josué Colón, director interino de la AEE, ha estado bajo fuego por su rol de recaudador de donativos para el Partido Nuevo Progresista.

Primera Hora obtuvo ayer copia de una carta que el ex director del Sistema Eléctrico de la AEE, Roberto Volckers, le envió al funcionario el 15 de noviembre de 1999.

En la misiva,Volckers le imputa a Colón el haber obstruido una investigación sobre una sobrefacturación hecha por un contratista al que originalmente se le había pagado $36,000 y estaba cobrando $96,000 por los mismos servicios prestados en la Central Palo Seco.

Josué Colón era jefe de la central en ese entonces .

“El señor Ariel Tirado, auditor interno III, coordinó una reunión con usted... Fui informado de que usted llamó a la Oficina de Presupuesto y Mejoras Capitales exigiendo que todos los documentos objetados de esta investigación fueran devueltos. Inclusive, usted le advirtió al Ing. Osvaldo Berríos que usted podría ser su próximo jefe, entiéndase Director del Sistema Eléctrico”, escribió el funcionario.

Volckers consignó que le sorprendía “sobremanera” que Colón hubiese amenazado a otro ejecutivo “cuando éste está cumpliendo con nuestro compromiso de velar por la pureza de los procedimientos que rigen esta empresa”.

En 2002, Volcker prestó una declaración jurada en la que dijo que Colón le admitió que les pedía dinero en efectivo a varios contratistas.