Sepa que solamente el Cuerpo de Bomberos de Puerto Rico, y aquellas personas autorizadas por la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA), pueden manipular los hidrantes en Puerto Rico.

Ninguna otra persona está autorizada a interferir con ellos.

“No se supone que el agua de hidrantes se utilice para nada, sino para situaciones de emergencia”, recalcó el vicepresidente de operaciones la AAA, Luis Ortiz.

En la página web de la AAA, se explica a la ciudadanía que “la comunidad sufre las consecuencias de la operación indebida de hidrantes por personas no autorizadas” y “deja al Cuerpo de Bomberos desprovisto de un sistema para combatir incendios, poniendo en peligro vidas y propiedades”.

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Y es que, si alguien hace uso de un hidrante, la AAA la cerrará para investigar lo sucedido. Esto, a consecuencia, “altera la continuidad del servicio de agua en el sector”, además de que provoca “cambios drásticos” en las presiones de agua que pueden averiar la tubería e interrumpir el servicio.

“Si hay averías, retrasa la recuperación del servicio de agua. Varios hidrantes abiertos a la vez bajan de forma drástica los abastos, lo cual puede provocar un colapso total y dejar sin servicio un área geográfica”, detalla la página cibernética.

De hacer uso indebido de una bomba de agua, la penalidad incluirá el costo de daños causados al sistema, una multa de hasta $3,000 por infracción y la posibilidad de ser acusado de un delito grave o apropiación ilegal agravada, que podría llevar al infractor a estar recluido desde seis meses a tres años en la cárcel.

“El sistema de prevención de incendio tiene un metro contador. Si una institución particular utiliza agua de un hidrante, el contador (se) lo factura. Ha habido casos que instituciones que no tenemos control hacen uso indebido (de los hidrantes). Se les cobra (el uso de agua) a esas personas (y se cierra) el sistema en lo que se investiga”, describió Ortiz al asegurar que estos incidentes son “esporádicos”.