El Departamento de Corrección y Rehabilitación (DCR) tuvo que declarar un “lockdown” en tres instituciones carcelarias del país luego que se registraran brotes que, al momento, han afectado a 162 confinados y cinco guardias correccionales que arrojaron positivo a pruebas diagnósticas del COVID-19, una situación que reaparece en momentos en que la positividad del virus en Puerto Rico ha aumentado seis días consecutivos.

La información fue confirmada a Primera Hora por la secretaria de la agencia, Ana Escobar, quien explicó que la situación ha afectado a la población del Centro de Detención del Oeste (Mayagüez), donde hay 86 reclusos y un oficial contagiados; en el Campamento de Sabana Hoyos (Arecibo), donde se han detectado 40 casos positivos entre confinados y cuatro entre empleados; y en el campamento El Zarzal (Río Grande) donde hay 36 presos con el virus.

Agregó que todos los contagiados -reclusos y empleados- están vacunados contra el COVID-19. En el caso de Mayagüez y Río Grande es la primera vez durante toda la pandemia que se registran brotes.

Según la secretaria del DCR, en la situación de la cárcel de Mayagüez se investiga si el brote se originó a través de algún confinado que sale a laborar en brigadas de ornato a varios municipios de la región, o si la emergencia se suscitó mediante alguna visita de familiares a la institución penal.

“En este caso, el hecho de que lo detectáramos cinco días después por sintomatología del confinado, que al principio era ninguna, provocó más contagios porque este confinado había compartido con otros cuando salían a trabajar, a la recreación, entre otras actividades. Aquí se ha complicado un poco más la situación y tengo positivos en diferentes unidades de vivienda”, acotó Escobar.

Agregó que por recomendación del Departamento de Salud se decidió mantener en aislamiento a los sospechosos de posibles contagios de los positivos y de los que arrojaron negativos a pruebas.

De otra parte, explicó que el escenario en Sabana Hoyos inició con tres reclusos que arrojaron positivo para el 31 de octubre, fecha en que fueron trasladados al Centro Médico Correccional para que completaran un proceso de aislamiento.

“Posteriormente, se hicieron pruebas y al día de hoy tenemos 40 casos positivos de sumariados (personas en espera de juicio) y están todos separados porque todos los positivos son de la misma unidad. Ahí se pudo contener de inmediato y la cuarentena está por finalizar a fines de la próxima semana”, acotó sobre la institución que también registró a cuatro oficiales contagiados.

Se sospecha que el virus en esta institución pudo llegar a través de un reo que fue trasladado desde el centro de ingreso 705 de Bayamón. Según la funcionaria, el paciente arrojó negativo en varias pruebas de cernimiento que realizaron a presos de nuevo ingreso y comenzó a mostrar síntomas gripales cuando ya estaba instalado en Arecibo.

El último de los brotes se detectó este fin de semana en el Campamento El Zarzal, donde 36 confinados arrojaron positivo a unas pruebas de antígenos que se realizaron el pasado viernes, 5 de noviembre.

“Ese día se atendió a un confinado con síntomas gripales. La nota obligatoria es que se haga automáticamente la prueba de COVID y ahí es que se detecta. Al momento no tenemos empleados positivos. En este caso, los contagiados se movilizaron a un edificio vacío, para tratar que no pase al resto de la población correccional”, subrayó la titular de Corrección al explicar que el paciente cero en este brote pudo haberse contagiado en una salida con una de las brigadas de ornato.

“Entendemos que el brote se originó entre los que salen a trabajar, porque de los 36 casos positivos, 23 trabajan fuera de la institución. Lo que pensamos es que tuvieron algún contacto con alguna persona de la comunidad y se infectaron”, expresó Escobar.

Ante lo acontecido la secretaria firmó una orden el 5 de noviembre cancelando las actividades dentro y fuera de las instituciones correccionales, los pases familiares sin custodia y las brigadas de ornato y embellecimiento. Además, se llevaron a cabo protocolos de desinfección en las instituciones afectadas.

“El recién repunte de casos de COVID-19, y su variante Delta en la comunidad, se refleja en nuestras instituciones. Se han generado resultados positivos a COVID-19 en facilidades que por más de 19 meses se mantuvieron sin contagio. Ante esta situación y en aras de proteger la salud de todos se cancela toda actividad donde participen miembros de la población correccional de adultos en las instituciones correccionales o fuera de estas, a partir de hoy 5 de noviembre. Se cancelan los pases familiares sin custodia desde el lunes 8 de noviembre, excepto los participantes del proyecto REDES. Las brigadas de ornato y embellecimiento trabajarán hasta el miércoles 10 de noviembre. Se prohíbe la salida de los trabajadores de instituciones donde exista cuarentena”, se expresa en la misiva enviada por la secretaria de Corrección a todas las instituciones penales de la isla.

“Es nuestra responsabilidad proteger a la población, empleados y a la ciudadanía. Por eso estamos cancelando”, manifestó la funcionaria a aludir que la última vez que se detectó un brote grande en las cárceles fue en agosto cuando, particularmente, se registraron más de 38 contagios en Ponce 1000. Entonces, se decretó un cierre de esa institución.

Según Escobar, más del 98% de los empleados y confinados han sido inoculados “y se ha creado inmunidad de rebaño en nuestras facilidades correccionales”. Actualmente, hay 7,233 reclusos y 5,791 empleados de la agencia.

Durante la pandemia han fallecido tres empleados de corrección y tres confinados por complicaciones relacionadas al COVID-19.

“En este momento estamos en el proceso de poner refuerzo a los empleados y a la población correccional”, sostuvo la titular.

Alerta ante la amenaza de otro repunte de casos

Esta situación en las cárceles ocurre en momentos en que científicos como Rafael Irizarry, profesor de Bioestadística de la Universidad de Harvard y miembro de la Coalición Científica de Puerto Rico, advierten sobre la posibilidad de que se esté desarrollando otro repunte de casos del novel coronavirus en la isla.

Y es que la positividad ha aumentado durante los pasados seis días. El 31 de octubre estaba en 1.8%. Desde entonces, ha subido día a día. Para el 1 de noviembre estaba 1.9%; el 2 de noviembre subió a 2.1%. Luego entre el 3 y el 4 de noviembre se elevó a 2.3% y en los últimos dos días ha alcanzado un 2.8%. La positividad en Puerto Rico llegó este año a su punto máximo en agosto cuando llegó a estar sobre un 10%.

De hecho, en agosto se registraron 313 muertes, el tercer mes más mortífero en toda la pandemia. Paulatinamente, y tras medidas extremas de prevención y seguridad por parte del gobierno, las hospitalizaciones y fallecimientos fueron bajando y desde inicio de octubre se percibió una baja en positividad. En cambio, el panorama pudiera complicarse con el nuevo registro de contagios de la última semana.