Tras la  súbita renuncia de Ricardo Rosselló como gobernador y su salida forzada del país, sus mascotas  - las perritas Reina y Mimi- se quedaron en la isla refugiadas en los hogares de dos familias que cuidarán de cada una, respectivamente.

Luego de la dimisión del exmandatario muchos se preguntaron qué pasó con Reina, la hermosa perra de impactantes ojos azules que llegó, junto a su hermanita adoptiva Mimi, con la familia Rosselló a La Fortaleza.

La respuesta ya no es una incógnita pues los canes – de la raza siberian husky y yorkie-  se mudaron cada una a un hogar diferente donde les están dando mucho amor y cuidado.

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La idea es que cuando los Rosselló logren estabilizarse las perritas vuelvan con ellos, dijo una de las cuidadoras que prefiere estar bajo anonimato.

Reina, una perrita adoptada por la primera familia del País hace cuatro años, se ha acoplado muy bien a su nueva casa.

Cuando Rosselló ganó la gobernación y se mudó a La Fortaleza llevó consigo a Reina, quien simpatizó de inmediato con su ternura hacia los visitantes, guardias y empleados del lugar.

Para entonces, la familia explicó que Reina había llegado al hogar en 2012 cuando fue adoptada tras haber tenido un tenebroso pasado con sus antiguos dueños.

Reina, que aparentemente fue abandonada luego de ser explotada por años como una perra paridora a la que utilizaban para sacar dinero con la venta de sus cachorros, se acopló muy bien a su vida en La Fortaleza, donde pernoctó por los pasados dos años y medio.

De hecho, mientras Rosselló estuvo 17 días sin atender a los medios de comunicación del país (del 16 de julio hasta el 2 de agosto, fecha que se hizo efectiva su renuncia) fue Reina quien se dejó ver en varias instancias cerca de los jardines aledaños a la Sala de Prensa.

Mientras, Mimi -también rescatada- siempre estaba merodeando la oficina de Beatriz Rosselló, quien la consentía cargándola todo el tiempo. Mimi, a diferencia de Reina, no era muy simpática con la gente.