El director de la oficina del gobierno de Puerto Rico en Colombia, Luis Alberto Álvarez, presentó su renuncia, efectiva el 31 de marzo.

Álvarez se trasladó a Colombia en septiembre de 2014 para abrir la oficina del gobierno de Puerto Rico en Colombia, fecha desde la cual lleva residiendo en el hermano país latinoamericano.

Álvarez indicó que desde enero de 2015 la oficina ha coordinado 77 misiones empresariales a Colombia a empresas y universidades puertorriqueñas, muchas de las cuales ya se encuentran haciendo negocios o en etapas de negociación.

Además, destacó que en la segunda misión puertorriqueña a Colombia celebrada en agosto del año pasado, las empresas y universidades participantes estimaron ventas proyectadas de 20.9 millones de dólares.

Según estadísticas de la United States International Trade Comission, del año fiscal 2010-2015 las exportaciones puertorriqueñas a Colombia se redujeron anualmente.

No fue hasta el año fiscal 2016, fecha en que ya existía la oficina del gobierno de Puerto Rico en Colombia, que hubo un crecimiento de 18.64% en las exportaciones hacia Colombia.

En cuanto al objetivo de atraer inversión colombiana a Puerto Rico, la Oficina llevó a la isla a 31 empresas colombianas interesadas en el país como destino para hacer negocios.

De éstas, la empresa farmacéutica colombiana Biogen adquirió a finales del año pasado la planta de Güayama (que había sido cerrada) que previamente pertenecía a Eli Lilly y comprometiéndose en invertir 92 millones de dólares y crear 350 empleos en los próximo cinco años.

“Como consecuencia de nuestro limitante estatus, establecer una oficina de Puerto Rico en el extranjero no es cuestión simple, las barreras del colonialismo por todos lados aparecen. Sin embargo, en estos dos años y medio hemos visto cómo la internacionalización de nuestro país es fundamental para estimular y hacer más madura nuestra economía”, dijo Álvarez.

Agregó que “la falta de soberanía política es un obstáculo a nuestro desarrollo económico y social. La junta fiscal federal que injustamente nos impusieron es prueba de ello. Su agenda no defiende los intereses de nuestro pueblo, sino todo lo contrario, trunca nuestro futuro como nación”.

Junto con reconocer que “desde que nací soy independentista”, indico que “ahora, más que nunca, se hace imprescindible que nuestra nación sea una libre y soberana para así potenciar el universo de destrezas y talentos de nuestro  pueblo y dirigirnos hacia tener una patria digna y respetada”.