Repudio a los excesos policiacos

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 15 años.
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La Policía dejó citados a dos estudiantes de la Iupi como sospechosos de agresión por el incidente que culminó a macanazos en el hotel Sheraton, mientras cientos de manifestantes recorrieron ayer las calles del casco de Río Piedras en repudio a la política de mano dura y a la brutalidad policiaca.
“Ni con tasers ni macanas, no nos pararán” y “Mano dura criminal no la vamos a aceptar”, gritaban centenares de estudiantes acompañados de padres, profesores, abogados, sindicalistas y miembros de la sociedad civil.
La combativa marcha partió del Recinto de Río Piedras y llegó hasta los predios del cuartel de la Policía en la calle Georgetti, donde se estableció un cerco policial que mantuvo sitiada por más de una hora la Plaza de la Convalecencia y prácticamente todas las calles cercanas al recinto policiaco.
Aunque no se registraron incidentes, hubo tensión por el alto número de policías que rodearon el perímetro mientras los manifestantes piqueteaban y eran filmados y fotografiados por agentes del orden público.
Un helicóptero del Municipio de San Juan sobrevoló el lugar y la Fuerza de Choque se mantuvo en el interior del cuartel. Una pequeña escuadra custodiaba la entrada del edificio con cascos y rotenes en mano. Otro contingente de agentes de la Unidad de Operaciones Especiales fue desplegado a lo largo de una hilera de vallas de metal que bloquearon el paso por las calles Georgetti y Braumbaugh.
Antes del piquete, el superintendente, José Figueroa Sancha, proclamó “héroes” a los agentes que intervinieron en el incidente del Sheraton. Justificó el uso de taser guns y gases lacrimógenos y dijo que el incidente había que verlo en su totalidad.
El gobernador Luis Fortuño describió el incidente como “un acto de violencia y de intolerancia de los fupistas, hostosianos y líderes sindicales” que “merece el repudio de todo el mundo”.
Los estudiantes Gabriel Muriente Pastrana y Ángel Santiago Díaz estuvieron casi todo el día de ayer en el Cuerpo de Investigaciones Criminales (CIC) y fueron citados nuevamente para el martes.
La agente investigadora María Berríos dijo que los estudiantes “fueron identificados”, pero añadió que el proceso de investigación estaba “estancado”. Indicó que habían desistido en cuanto al estudiante José Pérez -quien ayer recibía asistencia en el Centro Médico- y el plomero de la Autoridad de Edificios Públicos Miguel Díaz Lind, “porque ellos no tenían nada que ver con lo sucedido”.
Pérez, conocido entre el estudiantado como “Osito”, recibió varias descargas eléctricas estando en el piso y ya reducido a la obediencia por varios agentes. Su hermana Marisela dijo anoche que seguía hospitalizado, en condición estable.
“Estamos consternados porque a todas luces esto ha sido abusivo. Yo conozco a mi hijo y a estos jóvenes y son incapaces de cometer ningún acto delictivo”, dijo Yolanda Pastrana, madre de Gabriel. Su padre, el profesor Julio Muriente, presenció el arresto y lo que calificó de un abuso de poder.