Repugnante testimonio sobre alcalde de Cidra por hostigamiento sexual
Declaró que en noviembre de 2006, el Alcalde le metió la mano por detrás.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 14 años.
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"Me haló por la camisa y me dijo que ricas estaban esas t... para chuparlas... Sentí mucho asco, nausea, ganas de vomitar, ganas de salir corriendo y tirarme del quinto piso".
Así declaró la primera testigo, Marilyn Díaz, en la vista preliminar contra el alcalde novoprogresista de Cidra, Ángel "Wiso" Malavé Zayas, a quien se le imputa cargos por actos lascivos contra cinco empleadas y por corrupción.
La mujer de 38 años relató varios incidentes que alega le hizo el Alcalde entre 2006 y 2009 ante la jueza Sylkia Carballo, del Tribunal de Caguas.
A preguntas del Fiscal Especial Independiente (FEI), César López Cintrón, la madre de tres adolescentes indicó que trabaja en el Municipio desde hace seis o siete años. Que en 2004 Malavé Zayas le pidió que trabajara en su oficina y aceptó.
Destacó que sus labores con el imputado incluía servirle la comida en una bandeja y "picarle en pedacitos la pechuga y el ñame, y no se le podía servir mucha comida porque sino no se la comía".
La testigo -elegantemente vestida, delgada y pelo corto rubio- dijo que una de las primeras expresiones que le dijo Malavé Zayas fue que no se explicaba por qué su esposo le fue infiel "con esas nalgas tan ricas que yo tenía".
También le decía que a las Montalbanes "nos gustaba estar trepadas" y dijo que tanto ella como la esposa del imputado, Carmen Gloria Ellsworth, son de apellido Montalbán, ya que la señora es prima de la mamá de la testigo.
Declaró que en noviembre de 2006, el Alcalde le metió la mano por detrás "me toca las nalgas y me hala el panty".
"Sentí mucho asco, nausea, ganas de vomitar, ganas de salir corriendo. Me dio mucho temor", expresó Díaz.
En diciembre de 2007, dijo que estaba frente a la fotocopiadora cuando Malavé Zayas llegó con un café y le empezó a hablar y le agarró la nalga.
"Me sentí sucia. Me sentí como violada. Me vuelven y me dan nauseas, deseo de vomitar, de salir corriendo y lanzarme del quinto piso", indicó la víctima, quien aun recibe ayuda psicológica.
"Hacía comentarios de índole sexual. Me decía que con estos dedos me podía hacer sentir un orgasmo en el clítoris", agregó.
Dijo que ocurrió otro incidente en diciembre de 2007 cuando mientras le servía la comida, le agarró de nuevo la nalga.
Destacó que al principio no dijo nada porque "éramos familia y es un alcalde, quien me iba a creer a mí, pero siguió pasando y a tiempo se lo narré a Luis Pérez, ayudante especial del Alcalde".
En marzo de 2008 Díaz testificó que ocurrieron tres incidentes. El primero fue que el Alcalde le pasó un papelito diciendo que podía hacerle tener siete orgasmos. En otro momento, le mete la mano por el costado, "me haló la camisa y me dijo que “qué ricas estaban esas tetas para chuparlas".
"Ya yo no podía mas", relató la testigo.
Fue entonces cuando habló con María Laguna, mano derecha del Alcalde, pero no hizo nada.
"Llevo tratamiento psicológico y estuve internada porque tuve deseos de coger al Alcalde y a María Laguna por no haber hecho nada y matarlos", confesó Díaz.
Dijo que tomó siete semanas de vacaciones y en enero de 2009 comenzó a trabajar en la Oficina de Planificación y Permisos del Municipio.
A preguntas del abogado Juan Ramón Acevedo, la testigo recalcó que sometió una demanda contra el Alcalde a nivel federal por hostigamiento sexual por $4 millones.
Admitió además que en enero de 2008, le dieron un aumento de salario de $180 y se le asignó como secretaria del Alcalde, aun en medio de los incidentes.
"Claro que sí, tengo tres hijos que mantener y tenía temor que me botara. No estamos hablando de Juan del Pueblo. Estamos hablando del alcalde de Cidra", manifestó Díaz.
Para las primarias de marzo de 2008 dijo que sacaron copias de papeletas en la oficina del Alcalde y prepararon información para brochures para su campaña.
La abogada Ivette Aponte le preguntó si lo hizo a sabiendas que eso era delito y la testigo contestó que sí, pero que lo hizo siguiendo instrucciones.
Aponte solicitó a la jueza que le hiciera advertencias de ley por admitir bajo juramento que cometió delito, pero la jueza movía su cabeza de lado a lado en señal de que no, y el FEI se puso de pie y destacó que si la defensa lo que quería era que le diera inmunidad, que se la daba allí mismo.
Al salir de sala, Malavé Zayas dijo que no iba a emitir comentarios cuando Primera Hora le preguntó cuánto le estaba costando su defensa y cuánto necesitaba al estar pidiendo dinero a empleados municipales, mientras era rodeado por familiares y empleados que empujaban a los miembros de la prensa tratando de sacar al imputado del tribunal.
La vista preliminar continúa por la tarde.