El efecto inmediato que ocasionará el freno en vacunaciones contra COVID-19 del fármaco de Johnson & Johnsonn (J&J) es un posible retraso en el plan de inmunización de rebaño que los gobiernos locales y federales tenían previsto alcanzar para finales del verano, un escenario que a nivel de Puerto Rico se complica con el repunte de infecciones y la confirmación de la circulación de variantes del virus en la isla.

De pronto, la Coalición Científica de Puerto Rico se reuniría para evaluar el impacto que tiene sobre el archipiélago la recomendación preventiva que hicieron el martes la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) para detener la administración de la vacuna de J&J debido al reporte de seis casos de un tipo raro y severo de coágulos de sangre en mujeres, entre 18 y 48 años, luego de recibir la inoculación. En el caso de Puerto Rico, el secretario del Departamento de Salud, Carlos Mellado, ha aclarado que no existe ningún caso relacionado a un evento adverso de coágulos sanguíneos.

“Sin duda afectará el plan de vacunación, primero porque se trata de una vacuna que requería una sola dosis por lo que era más fácil de administrar, sobretodo, en poblaciones vulnerables y ya en Puerto Rico se contaba con ella. Y segundo, porque estamos en una carrera y, de momento, uno de los miembros del equipo ya no puede jugar porque nos dieron tarjeta roja. Afecta la dirección que llevábamos y eso no lo queremos”, explicó el profesor en neurociencia de la Universidad de Yale y presidente de la Coalición, Daniel Colón Ramos.

Además de la vacuna de J&J, en Puerto Rico se inocula a la ciudadanía con los productos de Pfizer y Moderna. En total, se han administrado 1,722,958 dosis de vacunas contra el COVID-19. De estas, 596,258 son en personas que ya completaron el proceso completo. Salud informó que 26,312 personas han sido inoculadas con la de J&J y de estas unas 18,654 han sido aplicadas en mujeres, de las cuales 7,741 pertenecen al grupo de edad entre 18 y 49 años. Hasta el momento, ninguna de las féminas ha presentado reportes de efectos adversos.

“Es importante reconocer que la carrera contra el COVID la ganamos de dos maneras: con la vacunación y las medidas de precaución. Y eso hay que mantenerlo y darle énfasis porque la meta es llegar a la inmunidad de rebaño. Solamente cuando lleguemos a la inmunidad de rebaño es aque podemos empezar a pasar la página, mientras tanto esto no es un asunto individual sino un asunto de salud pública”, acotó Colón Ramos,

“La Coalición tiene hoy una reunión en la que vamos a mirar todos los datos y estaremos emitiendo unas recomendaciones, tomando en cuenta esta noticia de Johnson & Johnson. Hay que evaluar si las restricciones emitidas en la última orden ejecutiva están teniendo efecto en el repunte de casos que estamos viendo... la situación es que si los números siguen subiendo, mientras las vacunas bajan y la población sigue enfermándose pues, efectivamente, habrá que hacer unos ajustes al menos por dos semanas. Pero esa discusión la tendremos en la reunión y no me atrevo a afirmarlo porque hay que verlo todo dentro del contexto de dónde estamos en vacunación, los casos de variantes, los contagios registrados”, acotó al reconocer que, aunque las restricciones funcionan para contener la epidemia, los resultados surge con “unos costos altos a la sociedad”. “Y eso es lo que quisiéramos que no ocurra”, añadió.

El disloque en la administración de vacunas surge en momentos en que los médicos y las estadísticas confirman un repunte de contagios. En un mes los casos confirmados por pruebas moleculares se quintuplicaron, mientras que las hospitalizacones se triplicaron.

Ante el alza, el Departamento de Salud tenía puestas las esperanzas en un masivo plan de vacunación que el pasado lunes se extendió a personas de 16 años en adelante.

Ayer, ante la noticia que provocó dejar en pausa las inoculaciones con las dosis de J&J la agencia se vio obligada a cancelar 17 eventos de vacunación alrededor de la isla.

Según la infectóloga pediátrica y directora del Plan de Vacunación de COVID-19 del Departamento de Salud, Iris Cardona, se hacían esfuerzos continuos para buscar cómo sustituir las dosis dirigidas a las iniciativas con los productos de Pfizer y Moderna.

Aunque había expectativas de que en Puerto Rico se recibieran sobre 50,000 dosis producidas por Janssen, lo cierto es que esta semana llegaron solo 6,000 debido a otro tropiezo ocurrido con el fármaco luego que una fábrica de Estados Unidos (Baltimore) combinara accidentalmente los ingredientes de las vacunas de J&J y las de AstraZeneca. El incidente provocó que se dañaran alrededro de 15 millones de dosis de J&J lo que disminuyó la distribución de producto en los estados y territorios.

“Las personas que tengan citas, a la medida que podamos, las vamos a ir reasignando las vacunas... pero, la verdad es que no tengo una nevera llena de vacunas. Así que tengo que ver lo que tengo y distribuirlas en un proceso de justicia y equidad”, expresó Cardona.

¿Se afectará el plan de llegar a inmunidad de rebaño en verano”, le preguntó este diario.

“Es temprano para decirlo. No sabemos qué va a pasar. A veces pasan cosas que el universo permite. Por ejemplo, nosotros esperábamos para esta semana 50,000 dosis de Janssen y llegaron 6,000 por el evento de Baltimore... hay que esperar para conocer la determinación de los científicos y suponer las dos posibilidades: que sólo fue una señal de alerta y tenemos que recuperar la confiabilidad de la gente porque podríamos ver gente que nos diga que quiere cualquier vacuna, menos la de Janssen; y, por otro lado, existe la posibilidad de que no tengamos la vacuna disponible por disposicion de la comunidad científica y que tengamos que trabajar con Pfizer y Moderna”, manifestó.

En cambio, sostuvo que al momento en la isla se están recibiendo sobre 100,000 primeras dosis de vacunas semanalmente y así está pautado en agenda por las próximas cuatro semanas.

“Mi exhortación es que no hay que desesperarse porque tenemos otras dos alternativas con esas 100,000 dosis semanales”, pronunció al agregar que hasta el viernes pasado se había vacunado completamente el 17% de la población, mientras un 42% había recibido al menos una dosis. De este último grupo, enfatizó que el 73% son personas mayores de 70 años.

Por su parte, el presidente del Colegio de Médicos Cirujanos, dijo que la baja en vacunas “afecta más la cosa y provoca que veamos más lejos la meta”.

“La vacuna no puede ser la única estrategia del gobierno. Hay que seguir con las medidas de prevención y, si sigue el aumento de casos que tenemos ahora, habrá que tomar medidas más restrictivas”, advirtió.

Mientras, la Sociedad de Enfermedades Infecciosas de Puerto Rico (SEIPR), ofreció una lista de recomedaciones al gobernador Pedro Pierluisi para que considere el cierre parcial de servicios no esenciales.

“Toda acción tomada o que no se tome, tiene efecto al menos dos semanas más tarde. Por tal razón, se ha evidenciado que cuando las ciudades recurren a los cierres o “lockdowns”, los casos siguen creciendo por un periodo de tiempo. Esa también ha sido la experiencia en Puerto Rico. Una métrica identificada para usar de referencia es tener no más de 10 hospitalizaciones por COVID-19 por 100,000 personas. Por tanto, Puerto Rico no debería tener más de 310-320 hospitalizaciones por COVID-19 en un momento dado”, manifestaron los miembros de la SEIPR mediante declaraciones escritas.

Aludieron a que el crecimiento desmedido en hospitalizaciones a causa del COVID-19 conlleva la movilización de recursos de unas áreas a otras, como por ejemplo, cerrar cirugías ambulatorias por tener que guardar equipo de protección o mover enfermeros a cubrir áreas de COVID-19.

“La saturación de las salas de emergencias pueden traer como consecuencia muertes en exceso (se llenan los espacios para atender infartos cardiacos, derrames cerebrales, se atrasan las cirugías de cáncer, etc.)”, expresaron en el comunicado firmado por los infectólogos Lemuel Martínez, Humberto Guiot y Marielys Otero.

El SEIPR exhortó al gobierno a lo siguiente: cerrar los comedores de los restaurantes a las 7:00 pm durante los días de semana, permitiendo servicio para llevar o recogido hasta las 9:00 pm; cerrar los centros comerciales a las 7:00 pm durante los días de semana; y restringir las actividades no esenciales durante los fines de semana y días festivos por las próximas dos a cuatro semanas.

El último reporte del Departamento de Salud confirma que durante la pandemia del coronavirus se ha confirmado el contagio de 103,957 personas, mientras hay 12,421 casos sospechosos. El total de fallecidos a causa del COVID-19 es de 2,162. Mientras, las hospitalizaciones estaban en 406, incluyendo a 21 pacientes pediátricos. Unos 81 adultos y dos menores permanecen en unidades de cuidado intensivo.

Por su parte, en entrevista con Primera Hora, gobernador Pedro Pierlusi no descartó endurecer las restricciones de la orden ejecutiva contra el COVID-19 ante el peligroso repunte de casos, pero sostuvo que su decisión dependerá del comportamiento del pueblo.

Atribuyó el alza en contagios a que un sector de la población bajó la guardia y a que otros, se cansaron de las restricciones.

“A la hora de vacunar al pueblo, pues muchos quizás pensaron, ‘esto se resolvió’ y otros, posiblemente se agotaron, se cansaron de tantas restricciones. La solución no son las restricciones. Yo no descarto restringir más, pero aquí la solución es la vacunación y en lo que la vacunación se da, en lo que logramos la inmunidad de rebaño, lo que va a hacer la diferencia es que el pueblo coopere, que se siga protegiendo el pueblo, utilizando la mascarilla, manteniendo el distanciamiento físico y evitando las aglomeraciones”, dijo el gobernador previo a que se conociera la situación de Johnson & Johnson.