Montañas de basura se acumulan en los predios de la cerrada escuela Pablo Ávila de Camuy.

La denuncia la realizaron residentes de la zona urbana en un comunicado de prensa en el que alegaron que los animales y sabandijas que de allí salen les afecta la salud y la calidad de vida.

Una de las residentes, identificada como Jesmar Gerena Castro, explicó que “es lamentable lo que está ocurriendo en nuestro pueblo de Camuy, no existe ni la más mínima consideración con los residentes del centro urbano”.

“El mal olor constante, sabandijas corriendo por los patios de los hogares, poniendo en riesgo la salubridad de los que allí viven. La administración municipal y su alcalde, Gabriel Hernández, quieren seguir entreteniendo a la gente con promesas que no va a cumplir. Nuestra gente se respeta. Como decirle a Camuy la ‘nueva capital del norte’ con esa presentación, que cuando la gente nos visita, lo único relevante es la montaña de basura en el casco urbano. El pueblo exige acción inmediata, de lo contrario en los próximos días el pueblo de Camuy, en especial, los residentes de este lugar harán una expresión de pueblo”, sostuvo.

De inmediato, el alcalde indicó en unas declaraciones escritas que la antigua escuela fue usada de centro de acopio de desperdicios sólidos no peligrosos y material vegetativo tras el impacto del huracán Fiona.

“Luego del paso del huracán Fiona por la isla, el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales, autorizó el establecimiento de centros de acopio de materiales no peligrosos y material vegetativo. Además, estableció las fechas límites para la disposición de estos mediante la orden administrativa 2022-13. El alcance de esta orden se extendió posteriormente mediante la orden administrativa 2022-14A. El municipio, cumpliendo con su responsabilidad de mantener el pueblo limpio, realizó el recogido de material y estableció como centro de acopio temporero la antigua escuela superior Pablo Ávila. Allí se ha depositado material vegetativo y enseres electrodomésticos contando con todos los permisos gubernamentales necesarios y avalados por la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés)”, sostuvo.

Añadió que “para mitigar las operaciones en el lugar, el municipio utiliza camiones cisterna para controlar el polvo con agua. También hay vigilancia 24 horas al día, 7 días a la semana para evitar actos vandálicos y que se le pegue fuego al lugar. A esta fecha, el municipio ha mantenido control del área, además de haber completado el proceso de subasta pública y contratación de la empresa realizará la disposición final de ese material y limpieza general del lugar. Estos trabajos comienzan el próximo, lunes 23 de enero”.

Los desperdicios allí acumulados, según detalló, serán llevados al vertedero de Arecibo.

Asimismo, Hernández informó que se contrató a la empresa Progress LLC, una firma monitora que supervisará el proceso de disposición de los materiales en el centro de acopio temporero. Dijo que esto es un requisito que le hacen las agencias federales.