“Pido perdón”.

Cabizbajo y notablemente cansado, el gobernador Ricardo Rosselló Nevares se dirigió al país para dar las primeras rendiciones de cuentas luego que trascendieran una madeja de escándalos que laceran la credibilidad de su administración y su imagen moral como primer mandatario y candidato a las próximas elecciones.

“Pido perdón por lo que he redactado en un chat privado… soy gobernador de Puerto Rico, pero también soy ser humano con mis fallas y virtudes”, comenzó diciendo el Primer Ejecutivo referente a las nuevas filtraciones del controvertible chat de Telegram, en el que participó junto a sus más cercanos asesores mediante unas comunicaciones que catalogó como “íntimas”. 

En la secuela de mensajes que salieron a la luz ayer, el Primer Mandatario de Puerto Rico -junto a 8 o 10 personas allegadas a su administración- hicieron expresiones despectivas contra la Junta de Supervisión Fiscal (JSF) y remitieron comentarios de índole machista y peyorativas contra mujeres, incluyendo a la directora ejecutiva de la JSF, Natalie Jaresko, a quien llaman “gatita”. 

En la misma línea de mensajes, el Gobernador llama “put…” a la exconcejal de Nueva York, Melissa Mark-Viverito. Lo hizo luego que ésta publicara un tuit en el que critica la postura del presidente del Partido Demócrata de Estados Unidos, Tom Pérez. 

Su esposa, Beatriz Rosselló, se quedó para continuar disfrutando de un crucero que la pareja ya tenía planificado hace meses.

No dirá malas palabras

El Gobernador dijo que aunque nada justifica sus insultos, las expresiones escritas las realizó en momentos en los que se sentía “presionado” por eventos transcurridos en el país. Dijo que el chat -en el que se burló de los presidentes legislativos Thomas Rivera Schatz y Carlos “Johnny” Méndez, era “para liberar tensiones” de largas jornadas laborales. 

A ambos, aseveró, les pidió perdón personalmente. Añadió que el chat se borró y que desconocía quién lo filtró.

Ante lo acontecido dijo que aprendió la lección y que de ahora en adelante dejará de utilizar las plataformas de mensajería para hacer chistes, sarcasmos o enviar memes a sus miembros de gabinete.

De otra parte, Rosselló dijo estar “avergonzado” ante las acusaciones federales que involucran a dos exfuncionarias de alto rango de su gabinete y a contratistas de su administración.

Un gran jurado federal acusó el miércoles por cargos por fraude, lavado de dinero, conspiración para cometer fraude, lavado de dinero, y hurto de dinero a la exdirectora de la Administración de Seguros de Salud (ASES), Ángela Ávila; a la exsecretaria de Educación, Julia Keleher; a los contratistas Fernando Scherrer, Alberto Velázquez Piñol y Mayra Ponce Mendoza; y a la exayudante de Keleher, Glenda Ponce Mendoza.

Los cargos describen al menos tres esquemas de corrupción por los cuales se desviaron sobre $15 millones en fondos estatales y federales a empresas e individuos que aprovecharon sus contactos con el gobierno para incrementar sus ganancias. 

Los imputados podrían enfrentar más de 20 años de cárcel de resultar culpables en un proceso judicial.

En medio de ambos incidentes diversas figuras, como el presidente de la Comisión de Recursos Naturales de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Raúl Grijalva, y la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz Soto, han pedido la renuncia del gobernador.

A preguntas de la prensa, el primer ejecutivo aseguró que se sentía capacitado para seguir al mando del País.

“No voy a renunciar. Estoy trabajando por Puerto Rico y continuaré trabajando… hemos tenido contratiempos pero también muchos aciertos para con nuestro pueblo”, expresó.

“Yo aguanto golpes, soy un luchador y al final garantizo victorias. Soy un gobernador resiliente”, insistió.