“¡En nueve días viene el desquite!”, se escuchó decir entre el gentío que se congregó ayer frente a la plazoleta de El Cantón Mall en Bayamón, para participar del cierre de campaña de distrito del candidato a la gobernación por el Partido Nuevo Progresista (PNP), Ricardo Rosselló, y su compañera de papeleta, la candidata a comisionada residente en Washington, D.C., Jenniffer González. 

Al ritmo de bachata y merengue, así como la conocida “Macarena”, varios militantes novoprogresistas ondeaban banderas del partido y de los Estados Unidos. 

Josué Díaz, de 26 años, siempre ha votado PNP por tradición familiar.

“Desde que Ricky Rosselló se tiró a la primaria pienso que es el mejor candidato”, dijo el joven. 

Elsie Guevárez , de 68 años y popular confesa, decidió que en estas elecciones su voto será para Rosselló. 

“He tomado la decisión de hacer un cambio y entiendo que este es el líder que puede trabajar con la Junta” (de Supervisión Fiscal) , señaló la expopular. 

Piden voto íntegro

La llegada de González desde Cataño fue arropada por banderas y dos drones transmitiendo desde el aire. 

La muchedumbre se agolpó cerca de la tarima tratando de ver más cerca a González, quien llegó acompañada por varios alcaldes y agitando una bandera con la imagen de Rosselló. 

Minutos después llegó el candidato a la gobernación entre alaridos de motoras, tumbacocos y la música de la película “Rocky”, bajo una nube de confetti lanzada desde un helicóptero. 

“Necesitamos el voto íntegro, una sola cruz bajo la Palma, porque este gobierno se ha dedicado a subirnos la luz, el agua, los impuestos, y creen que les vamos a creer ahora”, dijo González en tono enérgico. 

“El PPD le vendió la vergüenza a Anaudi, y yo aspiro que si ustedes me dan el mandato, claro de convertirme en la primera comisionada, yo radicaré un acta de admisión para convertir a Puerto Rico en el estado 51”, dijo entre gritos y bocinazos. 

Minutos más tarde, Rosselló subió a tarima.

“¡Bayamón! ¡Qué se sienta que en nueve días esa pela va!” , aseguró. 

“Se ha podido ver y sentir el ánimo de un pueblo que busca una nueva dirección... Pasamos y vimos las necesidades. Corrimos esa caravana y se veían cientos de carros... y finalmente llegamos a Bayamón , donde nos recibieron con mucho entusiasmo”, continuó. 

“Ocho días es lo que queda para dejar atrás la mala experiencia de los últimos cuatro años. Es lo que nos falta... para que ante la falta de progreso, mis hermanos y hermanas, podamos ver a la cara a nuestros hijos y dejarles un futuro”, destacó.