Rosselló llega con borrón y cuenta nueva
Primer Mandatario festeja en un ambiente donde sobró el drama y las promesas de un mejor porvenir.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 8 años.
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El gobernador Ricardo Rosselló Nevares tomó posesión de su cargo en un escenario en el que sobró el drama y faltó la solemnidad característica de este tipo de ceremonia protocolar.
La actividad, pautada para las 10:00 a.m. en el lado norte del Capitolio, comenzó con más de una hora de retraso. En parte, por la falta de disciplina de algunos invitados especiales que ignoraban la petición de que ocuparan las sillas asignadas. Entonces, un enojado Juan R. Melecio, coordinador del evento, tuvo que regañar al grupo.
El maestro de ceremonia fue el secretario de Estado designado, Luis Rivera Marín, quien destacó la presencia de los exgobernadores Carlos Romero Barceló, Luis Fortuño y Pedro Rosselló, padre del nuevo mandatario. También mencionó al canciller del República Dominicana, Miguel Vargas. No hubo ningún otro dignatario o figura de política internacional presente.
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El cielo amenazaba con dejar caer un aguacero. Pero la tormenta llegó a modo de abucheos por parte del público justo en el momento en que Rivera Marín presentó al gobernador saliente Alejandro García Padilla, quien llegó acompañado de su esposa Wilma Pastrana.
“Mantengamos el tono de dignidad que amerita la ocasión y que simboliza el paso de batón de nuestra democracia”, dijo Rivera Marín a las cientos de personas entre el público. Algunos ignoraron su pedido y gritaron “se acabó el abuso, se acabó el abuso”.
Posteriormente, y espantadas las nubes grises en el cielo, hizo su entrada Rosselló Nevares junto a la Primera Dama Beatriz Areizaga y la pequeña Claudia Beatriz.
Ambas también lo acompañaron durante la jura simbólica que encabezó la jueza presidenta del Tribunal Supremo Maite Oronoz Rodríguez, quien ya lo había hecho de manera formal durante la madrugada. Rosselló Nevares explicaría luego que esta fue una movida para comenzar de inmediato a establecer su política pública mediante la firma de seis órdenes ejecutivas para atender la crisis fiscal.
Luego de la juramentación -en la que rehusó decir Estado Libre Asociado y lo sustituyó por Gobierno de Puerto Rico- ofreció su primer discurso formal como primer ejecutivo.
La alocución, que se extendió por unos 50 minutos, estuvo centrada en promesas de una transformación positiva del País, a pesar de la aguda crisis que afecta la Isla. También criticó en varias instancias al gobierno de su predecesor.
García Padilla escuchaba en ocasiones estoico el mensaje en su contra. Otras veces liberaba la tensión del momento agitando su pierna derecha, moviendo sus manos o con sonrisas pasmosas y forzadas con las muelas de atrás.
“En el reciente proceso de transición salieron a la luz público datos que por mucho tiempo se habían escondido, entre los que se destacan la irresponsabilidad con que se ha administrado las finanzas del Gobierno durante los pasados años”, dijo al recalcar que bajo su administración prevalecerá la transparencia y no habrá impunidad para los que actúen al margen de la ley.
“A partir de hoy tendrán un gobierno que trabajará sin parar. Donde habrá cero drama y donde cada cual sabe lo que tiene que hacer...Hoy iniciamos la reconstrucción del País convencidos que un mejor Puerto Rico es posible”, exclamó al prometer luchar por la estadidad para la Isla. Incluso, avivó a los novoprogresistas al decir que iniciará trámites legislativos para designar a siete congresistas que enviará a la capital federal, en representación de Puerto Rico.
Carnaval hasta Fortaleza
Culminada la ceremonia protocolar, Rosselló Nevares enrolló sus mangas y caminó junto a cientos de personas hasta el Palacio de Santa Catalina, que se convertirá en su hogar durante los próximos cuatro años.
En el trayecto, se tomó selfies con la gente, bailó bomba al ritmo de los Hermananos Cepeda, tocó guiro y sonreía a carcajadas cuando los presentes entonaban estribillos como “Lechón, morcilla, salimos de Padilla" o "Se acabó el 'me vale' y llegó el 'se puede'”.
Muchos turistas observaban el proceso y algunos hasta tomaban fotos con su celular. What happened?, preguntó un hombre a un periodista.
El reloj marcaba las 4:00 de la tarde cuando al fin Rosselló llegó a Fortaleza. Lucía cansado, pero nunca perdió su sonrisa. Allí, saludó a sus nuevas vecinas, las monjas del convento Siervas de María.
Finalmente, y tras una intensa jornada, la Primera Dama y el Gobernador subieron a uno de los balcones de la Fortaleza para saludar a sus seguidores.
“Beso, beso, beso”, exigía el público, que fue complacido por la pareja que en horas de la noche participaría de una elegante cena con invitados especiales en el Antiguo Casino.
Entrada la madrugada ambos partirían para Washington D.C. a la juramentación de la Comisionada Residente Jenniffer González, tiempo que aprovechará para presentar ante el Congreso el proyecto de admisión de Puerto Rico como el estado 51 de los Estados Unidos.