El Departamento de Salud aprobó esta semana un nuevo protocolo que regirá las nuevas guías de vigilancia escolar ante la crisis del COVID-19, unos documentos que establecen que las escuelas serán las últimas en cerrar en el país, independientemente de que haya un riesgo de transmisión alta en las comunidades.

El nuevo protocolo para la certificación de los planteles escolares durante la pandemia del COVID-19 se redactó el pasado 4 de junio y, según Salud, será actualizado en la medida en que la agencia lo estime necesario.

El documento de 64 páginas fue preparado por Miguel Valencia, subdirector Sistema de Comando de Incidentes de COVID-19 y Encijar Hassan Ríos, directora de la Oficina de Epidemiología e Investigación. Mientras fue recomendado por el doctor José Becerra, principal oficial de epidemiología y aprobado el pasado 7 de junio por el secretario de Salud, Carlos Mellado.

“Las escuelas K-12 deben ser los últimos escenarios en cerrar después de haber agotado todas las demás medidas de prevención en la comunidad y las primeras en reabrir cuando sea seguro hacerlo”, destaca el documento.

“Esto significa que quienes están a cargo de la toma de decisiones y las comunidades deben priorizar que las escuelas reabran y permanezcan abiertas para clases presenciales sobre los negocios, y actividades no esenciales, entre ellos restaurantes con salones interiores, bares, encuentros sociales y deportes de contacto, mientras se trabaja para controlar la transmisión de la comunidad”, se agrega, por su parte, en la Guía de Operaciones que le será entregada a los planteles y organizaciones escolares.

En el plan se hace hincapié a que las personas completamente vacunadas y que no tienen síntomas de COVID no necesitan hacer cuarentena ni realizarse prueba diagnóstica tras haber estado expuesta a una persona que haya contraído el virus. En caso de los que no han sido vacunados sí tienen que hacer la cuarentena dispuesta por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC). Actualmente, la vacuna está disponible para personas de 12 años en adelante.

En el protocolo se insiste que, aunque los niños y adolescentes pueden infectarse con SARS-CoV-2 y transmitir el virus a otras personas, menos del 10% de los casos de COVID-19 en los Estados Unidos han sido en personas entre los cinco y 17 años.

“Según los datos disponibles, el aprendizaje presencial en las escuelas no se ha asociado con una transmisión comunitaria considerable... algunos estudios han encontrado que es posible que las comunidades reduzcan la incidencia de COVID-19 mientras mantienen las escuelas abiertas para la instrucción presencial”, destaca el documento.

De otra parte, se explica que en caso de que se detecten dos o más casos confirmados al virus en un mismo salón -considerado un brote en términos salubristas- se procederá a realizar una investigación de casos y rastreo de contactos a través del epidemiólogo municipal. El cierre de planteles debe ser la última opción y tiene que ser aprobado por el Departamento de Salud.

“Lo más importante aquí es detectar si realmente esa infección se produjo en el plantel. El interés particular de este protocolo y guía es evitar que el virus entre a las escuelas. Por eso es importante hacer la investigación de casos antes de tomar cualquier decisión”, reiteró.

A preguntas de Primera Hora, Valencia destacó que los cambios más evidentes dentro del protocolo y guías para la operación de escuelas incluyen el hecho de que “a diferencia de antes un municipio que esté en nivel de riesgo rojo no implica que una escuela de ese pueblo tenga que cerrar”. Las hospitalizaciones registradas en el país a causa de la enfermedad viral tampoco serán un criterio para determinar si una escuela debe o no ofrecer clases presenciales.

“Los CDC cambiaron esa disposición y, ahora la posición es que las escuelas no deben cerrar aun cuando haya un nivel rojo de transmisión. La prioridad debe ser estratificar las cinco estrategias que se explican en la guía para la operación de las escuelas... implementar todas las medidas de prevención”, sostuvo. Explicó que la recomendación de los CDC es utilizar dos indicadores de transmisión comunitaria: la positividad de casos en los últimos siete días y el porcentaje de resultados positivos de las pruebas de amplificación de ácido nucleico, las cuales incluye las pruebas PCR.

Mientras, las cinco estrategias a las que alude Valencia son las que componen el Plan de Operaciones de Emergencia (OPE) que debe establecer cada plantel. Este, precisamente, es el primer paso que deben seguir los directores escolares al solicitar una certificación preliminar de apertura. Los cinco puntos medulares para prevenir contagios de SARS- CoV-2 en las escuelas son: uso universal y correcto de mascarillas, distanciamiento físico, lavado de manos, limpieza de planteles saludables y rastreo de contactos en combinación con medidas de aislamiento y cuarentena. También deben tener una persona designada a atender temas de salud y la vigilancia epidemiológica en la escuela. Además, el director escolar y esa persona designada en el área de salud, deben completar unos talleres requeridos por el Departamento de salud.

Según las nuevas guías, cuando haya un riesgo alto de transmisión del COVID-19 los planteles deben fomentar el distanciamiento físico en los salones de clases y promover la división en cohortes (grupos pequeños, cuyos miembros siempre deben estar juntos), en particular si se trata de alumnos de Kindergarten a sexto grado. De hecho, las nuevas guías indican que el distanciamiento físico puede ser de tres pies, en lugar de los seis dispuestos con anterioridad.

En caso de los grados intermedios y superiores, se establece también la división en cohortes, pero el distanciamiento debe ser de un mínimo de seis pies. Asimismo se enfatiza que las actividades deportivas o extracurriculares están permitidas solo si se pueden realizar al aire libre.

Otro cambio significativo es que no será obligatorio realizar pruebas diagnósticas de COVID en los planteles. Valencia indicó que se evalúa la posibilidad de establecer algún proceso de cernimiento aleatorio, pero aún no se ha concretado.

Asimismo, las inspecciones a los planteles no será obligatorio para que estos ofrezcan clases presenciales, y más bien será un acto de confianza el que se les dará a los directores escolares.

“El proceso será un poco diferente en términos de que les estamos dando unas guías y les estamos diciendo que, por favor, nos aseguren que pueden cumplir con las guías... estamos tratando de coordinar unas orientaciones a los epidemiólogos porque cambiaron las guías. Lo que queremos es que ellos entiendan los cambios. A la misma vez, queremos orientar al personal escolar. Lo que no queremos es que los epidemiólogos manden a cerrar escuelas por situaciones que se pueden resolver. Por ejemplo, no es factible cerrar un plantel porque no tiene un dispensador de papel toalla, cuando por otro lado sí tiene el papel”, explicó.

“Nuestro enfoque es que las escuelas operen, no queremos cerrarlas. Queremos ayudarles a operar de la manera más segura. De hecho, por eso ahora añadimos la categoría de certificación condicionada”, agregó.

Las certificaciones condicionadas de cumplimiento, lo que significa es que si un plantel no pasa la inspección -dependiendo de las áreas en incumplimiento- el Departamento de Salud puede autorizar a la escuela a que continúe operando con una certificación condicionada por un periodo adicional de tiempo hasta que cumpla con todos los requisitos. Asimismo, se indica que se revocará la certificación preliminar si hay un patrón recurrente de incumplimiento en los requisitos establecidos para la operación de la institución escolar. “El Departamento de Salud podrá revocar la certificación preliminar y ordenar el cierre del plantel escolar, por interpretarse el mismo como un riesgo a la salud pública”, se detalla en la guía.

Valencia recalcó que como parte de los requisitos, los planteles también deben cumplir con una certificación sanitaria de salud ambiental que, entre varias cosas, indica que los planteles deben tener evidencia de muestras para medir el cloro residual del abasto alterno de agua potable a través de cisternas; cerrar las fuentes de agua y, preferiblemente, taparlas para garantizar que no se utilicen; evidencia de limpieza periódica de los filtos de acondicionadores de aire en los planteles en que haya este tipo de ventilación; ausencia de hongos en techos, paredes y pisos; que no haya evidencia de presencia de sabandijas o roedores, algo que se valida mediante lámpara UVC; y tener contrato vigente para exterminación de plagas.

“Este proceso sí requiere una inspección, pero ya estamos trabajando en eso”, acotó. Primera Hora solicitó el número total de certificaciones otorgadas por Salud a los planteles públicos y privados, pero al momento de publicar esta historia la información no había sido provista.
Cambio de mando en el Sistema de Vigilancia de COVID-19 en el sector educativo

De otra parte, Valencia informó que la mañana del miércoles se llevó a cabo la transición de directiva del Sistema de Vigilancia de COVID-19 en el sector educativo, la cual será liderada por la doctora en Salud Pública y Salud Ambiental, Wilmarie Muñiz. Esta división operaba bajo el Sistema el Sistema Municipal de Investigación de Casos y Rastreo de Contactos (SMICRC).

Muñiz sustituirá a la demógrafa Wilmarí De Jesús, quien renunció la semana pasada a las funciones que realizó durante meses para garantizar la seguridad de estudiantes puertorriqueños y el personal de instituciones educativas durante el regreso a clases presenciales.

En su carta de dimisión, De Jesús dijo que desde que el Departamento de Salud anunció el 19 de mayo una reestructuración en la agencia en el equipo de trabajo se percibió un “trato poco profesional, desconsiderado e intimidatorio”. Anterior a este cambio, el SMICRC- impulsado por la epidemióloga Fabiola Cruz, quien también renunció en meses recientes- el sistema de vigilancia escolar operaba de manera independiente.

“Me retiro tranquila con las victorias alcanzadas y las batallas dadas. Estoy en paz y orgullosa del trabajo que este equipo realizó durante este periodo”, expuso la demógrafa.