Eran cerca de las 8:00 de la noche del 31 de diciembre de 2003 cuando la pequeña Jessica Pacheco Calvente, de nueve años, salió a comprar unos dulces a un apartamento cercano donde vivía en el residencial César Cordero Dávila (Quintana), en San Juan, y en el camino de regreso a su hogar fue alcanzada por una bala perdida que le ocasionó la muerte dos días después.

La bienvenida al Año Nuevo se empañó en el país. El pueblo se vistió de luto y en medio del dolor y la consternación nació desde el liderazgo comunitario de varios residenciales públicos de la isla una iniciativa que cumple 20 años en este 2023, la Cruzada Nacional contra los disparos al aire en Puerto Rico cuyo lema es “Por la paz, la humanidad y la vida, no me quites la vida con una bala perdida”.

Este año la actividad se llevará a cabo el 1 de diciembre a partir de las 8:00 de la mañana. Se explicó que el recorrido, tipo caravana, sale del residencial Manuel A. Pérez y se extenderá por varios complejos de vivienda pública en la zona metropolitana hasta regresar nuevamente al punto de partida.

Entre los propulsores de la cruzada siempre ha estado al frente y a paso firme el líder comunitario del complejo de viviendas Manuel A. Pérez, Roberto “Papo Christian” Santoni, quien hoy recordó con mucho pesar la desgracia ocurrida con la niña que hoy sería una mujer de 29 años.

“La muerte de esa nena en Quintana nos dio duro y afectó hasta a los bichotes de aquí que se dieron cuenta de que esto no podía seguir ocurriendo...antes del 2004, desde principios de diciembre este caserío (Manuel A. Pérez) se convertía en tierra de nadie con disparos al aire todos los días y en despedida de año había que cerrar ventanas y puertas y dormir en el piso. Las balas perdidas disparadas al aire por personas irresponsables sin conciencia, ni respeto a la vida, bajaban como lluvia de muerte con el signo del dolor, el sufrimiento y la desgracia, hiriendo y asesinando a seres humanos inocentes”, expresó Papo Christian en el tono enérgico que lo caracteriza, al asegurar que hace dos décadas cesó la práctica gracias al esfuerzo de prevención y orientación.

Según cálculos realizados por el líder comunitario y que no fueron refutados por miembros de la Policía -incluido el comisionado Antonio López Figueroa- quien participó de la conferencia de prensa en la que se dieron detalles de la próxima cruzada, desde 1998 hasta el 2011 en Puerto Rico murieron siete personas a causa de balas pérdidas durante la víspera de Año Nuevo. Cinco de las víctimas fatales fueron niños o niñas entre 9 y 15 años.

Mientras, desde que comenzó la iniciativa en 2004 se han reportado 57 personas heridas en la isla a causa de balas perdidas. El mayor número de heridos se registró, precisamente, en 2003 cuando mataron a Jessica. El conteo fue de 22 personas lastimadas.

El análisis destaca que hubo un periodo entre 2013 y 2017 (cinco años) en que no hubo un solo registro de heridos la noche del 31 de diciembre o madrugada del 1 de enero para esas fechas. Lo mismo ocurrió en 2020. Sin embargo, en los últimos dos años (2021-2022) siete personas resultaron heridas con balas perdidas.

“El llamado que hago con vehemencia y sin ninguna pena, porque yo no soy ningún lambón, es que si usted está en la esquina con la jodedera y con los bichotes y con la madre de los tomates, y usted bebe y se emborracha y se arrebata, por favor, guarda el arma”, enfatizó Papo Christian en su llamado a la ciudadanía.

El úiltimo crimen reportado por esta mala práctica de disparos al aire- que está tipificado como un delito grave con pena fija de cárcel de cinco años y hasta 10 años con agravantes- ocurrió a la medianoche del 1 de enero de 2012, cuando un proyectil alcanzó a la adolescente Karla Michelle Negrón Pérez, quien tenía 15 años. Aunque luchó por su vida durante los 13 días que estuvo recluida, finalmente, la joven falleció y sus órganos fueron donados a otras personas.

El padre de la muchacha, Carlos Negrón, ha convertido su dolor en un férreo deseo por llevar el mensaje de “no más balas al aire” durante las festividades navideñas.

Hoy, como lo ha hecho durante los pasados 11 años estuvo presente en la actividad para anunciar la nueva campaña anual.

“Le doy gracias a papito Dios por seguir dándome fortaleza para participar de esta campaña... hace dos o tres semanas estuvo en un crucero con mi esposa y créanme que hubo mucha gente que se nos acercaron, nos reconocieron, nos dieron el pésame y nos dieron las gracias por todo lo que estamos haciendo. Esto lo hacemos por el pueblo de Puerto RIco. Cuando mi niña Karla Michelle murió en conferencia de prensa dije que mi nena había dejado un legado grande y aquí lo tenemos: llevamos 11 años sin más muertes. Siempre digo que mi niña fue y seguirá siendo la última víctima de una bala perdida y por eso seguimos llevando el mensaje”, dijo don Carlos compungido y sin poder evitar las lágrimas.

Carlos Negrón, padre de Karla Michelle Negrón Pérez, quien tenía 15 años cuando una bala perdida la alcanzó y mató
Carlos Negrón, padre de Karla Michelle Negrón Pérez, quien tenía 15 años cuando una bala perdida la alcanzó y mató (Suministrada)

Por su parte, el secretario del Departamento de la Vivienda, William Rodríguez, elogió la perseverancia de los líderes comunitarios y recordó que el esfuerzo se convirtió en uno “institucional” en la isla por virtud de la Ley 11 del 2011, estatuto que designó diciembre como el “Mes de Alerta ni un disparo al aire” que firmó el exgobernador Luis Fortuño.

“Este fue un efecto sin precedente y hemos logrado evitar poco a poco que hayan menos muertes y heridos por balas perdidas en Puerto Rico. El día que ganemos es cuando dejemos esta mala práctica y cambiemos ese disparo por un abrazo y un buen compartir entre amigos, vecinos y comunidad”, expuso Rodríguez.

El comisionado López Figueroa aprovechó su turno para enviar el mensaje de que la práctica de balas al aire no debe ocurrir en ningún momento del año. “Tenemos que concienciar sobre este tema y aprender a respetar y valorar la vida”, dijo durante la conferencia en la que también participó la directora de la Oficina Propia del Gobernador, Caridad Pierluisi.