Qué susto cuando buscamos en nuestros bolsillos o en la cartera y no encontramos el celular. Es como si se nos fuera el mundo.

Ese aparato se ha convertido en una extensión de nuestra mente y ya ni funcionamos sin él. Para algunos puertorriqueños, salir de sus casas sin el teléfono móvil es como salir sin ropa y muchos regresan a buscarlo.

Claro, hay otros que prefieren dejarlos en sus hogares para que no los encuentren.  

A finales de 2011, habían activados en el mundo seis mil millones de celulares, según estimaciones publicadas por la Unión Internacional de Telecomunicaciones.

Estos puertorriqueños dan su opinión sobre si pueden o no vivir sin el tan querido celular.