El silencio reina en el Senado sobre las funciones que ejerce el supervisor del Salón Café que devenga un sueldo mensual de $5,000, lo que equivale a unos $60,000 anuales.

El salario salió a relucir el pasado martes, 20 de octubre, luego que un juez del Tribunal de Primera Instancia de San Juan le ordenara al presidente de la cámara alta, Thomas Rivera Schatz, a publicar “sin demora alguna” la información de sus empleados en la Casa de las Leyes tras un recurso de mandamus interpuesto por la candidata a representante por el Distrito 3 de San Juan del Movimiento Victoria Ciudadana, Eva Prados Rodríguez.

De acuerdo al documento, el administrador del Salón Café es Juan C. Rodríguez Miranda, quien fue contratado el 3 de enero de 2017, tras la victoria del Partido Nuevo Progresista (PNP) en las elecciones generales de 2016.

Rodríguez Miranda es el hijo de Ángel “Buzo” Rodríguez Cabrera, exalcalde novoprogresista de Toa Alta sentenciado en 1999 a cinco años de prisión por cargos de soborno por pretender obtener $2.5 millones de fondos federales asignados por FEMA luego del paso del huracán Georges. Además, es hermano de Ángel “Gary” Rodríguez Miranda, exrepresentante del PNP y quien actualmente tiene una sección de análisis político en el programa Lo Sé Todo que transmite Wapa.

Primera Hora se personó en el Senado el pasado miércoles para conocer las funciones que ejerce Rodríguez Miranda como supervisor del Salón Café, adscrito a la Oficina del Sargento de Armas que, a su vez, responde a la Presidencia de la cámara alta. Además, se intentaba obtener una reacción del empleado y conocer qué labores realiza diariamente.

No obstante, la recepcionista de la Presidencia del Senado indicó que la información requerida se tendría que trabajar a través de la Oficina Central de Comunicaciones y Prensa.

En primera instancia, Prensa dijo que la información no era con ellos sino con Presidencia. Posteriormente, indicaron que les pasarían la solicitud a las personas correspondientes, pero no se ha recibido respuesta.

Al día siguiente, este medio habló con el subdirector de la Oficina Central de Comunicaciones y Prensa, Luis A. Rodríguez Díaz, pero luego de escuchar la petición indicó que se encontraba de vacaciones. También, se llamó y se dejó mensajes de texto a la directora de la Oficina, Ana Marie Zayas Cortés, y a la oficial de prensa de Rivera Schatz, Wanda Nazario; no obstante, los intentos fueron infructuosos.

Nónima salón café en el Senado
Nónima salón café en el Senado (Captura)

$18,400 mensuales en nómina

En el Salón Café también trabajan: David Vázquez Martínez, supervisor de alimentos, quien fue contratado en julio de 1997 y obtiene un sueldo de $4,800; Edwin Sabater Vega, ayudante de cocina reclutado en junio de 2003 y con una compensación económica de $3,000; así como John A. Rangel Falú y Karem Díaz Ramos, ambos contratados en enero de 2017 por $2,800.

En total, el Salón Café tiene un presupuesto mensual para el personal de $18,400, o lo que equivaldría a $220,800 anuales.

De acuerdo a la Resolución del Senado 13 del 9 de enero de 2017 –que adopta las reglas de procedimientos y gobierno interno de la cámara alta– “el Salón Café es parte del área de trabajo del Senado”, donde está prohibido fumar y se debe usar ropa “formal y adecuada, incluyendo esta disposición, en lo que respecta a varones, el uso de traje completo”.

Rivera Schatz, el 2 de febrero de 2017, emitió una orden administrativa en la que estableció como normativa que solo los “senadores y senadoras”, así como “invitados especiales o funcionarios del Gobierno autorizados por el Presidente de Senado” podrían consumir alimentos preparados en las instalaciones del Salón Café.

La orden administrativa anterior, firmada en marzo de 2013 por el entonces presidente del cuerpo, Eduardo Bhatia Gautier, permitía que exsenadores, exsenadoras, Secretaria del Senado, Sargento de Armas y “cualquier otras personas autorizadas” podían consumir alimentos del Salón Café.

Para ese año, los días que hubiera sesión, los legisladores podían comer en el salón café por $6. Un beneficio que era gratuito anteriormente.

“Nos sentamos todos juntos”

Un reporte de prensa de El Nuevo Día en septiembre de 2009 apuntaba que en el Salón Café “la vida es más sabrosa”. Destacaba que los miembros de la Asamblea Legislativa degustan comidas de tres platos, mientras escuchaban gran parte del debate que se daba en los hemiciclos legislativos. Señalaba, además, que servían comida criolla, sopas, refrescos, jugos, postres, café y que tenía un “salad bar”.

En ese entonces, tenían acceso al Salón Café los legisladores, exlegisladores, el gobernador, los jefes de agencia, el comisionado residente, el secretario, el sargento de armas, algunos asesores legislativos, los jueces del Tribunal Supremo y los alcaldes, entre otros.

Para ese año fiscal, el Salón Café del Senado tenía un presupuesto de $30,000; mientras, el de la Cámara de Representantes –presidida en esos años por Jenniffer González– era de $40,000 anuales.

En ese mismo reporte, el entonces portavoz alterno del Partido Popular Democrático (PPD), el senador Bhatia Gautier, explicó que el Salón Café servía para calmar los ánimos que se exacerbaban durante las sesiones.

“Yo estoy muy a favor del Salón Café porque la dinámica que se da en el Salón Café es de las dinámicas más civilizadas dentro de las pugnas políticas que se dan en el Capitolio… Juntamos las mesas pequeñas y nos sentamos todos juntos. Se pueden criticar los costos, pero el beneficio a la dinámica de grupo, a bajar los ánimos, es tan grande que fuerza unos momentos de camaradería positiva”, indicó.