Pese a ser una isla rodeada de un inmenso hábitat de pescados y mariscos, solo el 10% de estos comestibles que consumen los puertorriqueños son pescados en las costas, el resto se importa.

Ante tan bajo porcentaje, el secretario de Agricultura, Ramón González Beiró, destacó este viernes que se ha propuesto bajo su mandato duplicar esta cifra. La meta la dio a conocer durante una visita a la Villa Pesquera de Cataño, donde anticipó que las pescaderías locales están listas para la venta de Semana Santa.

“A través de las villas pesqueras se pescan alrededor de dos millones y medio de libras de pescado y de marisco, lo que representa entre $12 y $15 millones al ingreso bruto agrícola. Nosotros esperamos poder duplicar eso en nuestro periodo de trabajo”, indicó el secretario en conferencia de prensa.

“Vamos a ir desarrollando la pesca, no solo a la pesca que se hace tradicionalmente, sino tenemos que mirar fuera de plataforma también, y aumentar y convertir esto verdaderamente en una industria, porque estamos rodeados por agua salada por todas las esquinas, así que tenemos que aprovechar esto y darle el respaldo que nuestros pescadores merecen y necesitan”, añadió.

González Beiró indicó que es en Cuaresma cuando más pescado se consume en Puerto Rico. No obstante, indicó que todo el año hay pescado fresco. Por ello, invitó a los consumidores a auspiciar la compra de productos frescos en las 56 villas pesqueras alrededor de la Isla.

El secretario explicó que el pescado fresco se reconoce por contar con ojos claros, transparentes y llenos o saltones; y no ojos hundidos que son propios del pescado congelado. Además, deben tener las agallas coloradas y no marrones.

“La piel del pescado no se puede quedar hundida al tocarla, sino que debe regresar a su posición original”, indicó.

Asimismo, el secretario de Agricultura informó que para aumentar la venta buscarán crear restaurantes en las villas pesqueras, así como criaderos de mariscos. Por ejemplo, en Cataño y Mayagüez hay criadero de langosta, en Naguabo de carrucho y en Loíza van a establecer un criadero de chillo.

Entre los esfuerzos desarrollados para impulsar la industria y el consumo de pescados y mariscos se encuentra también la reconstrucción de villas pesqueras, la creación de la Escuela de Pesca y Acuicultura de Puerto Rico, así como la otorgación de los incentivos del National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA), de la Administración para el Desarrollo Agropecuario (ADEA) y ayuda financiera del Fondo de Innovación para el Desarrollo Agrícola (FIDA), entre otros.