La oficina del subsecretario del Departamento de Transportación y Obras Públicas (DTOP) es una zona en construcción.

No hay letreros que adviertan que Juan Maldonado de Jesús ha convertido la instalación en un taller de construcción o de los desniveles que hay en el piso para que nadie se caiga. Sin embargo, las esquinas sin losetas, las manchas de pintura en los muebles, y las herramientas que se pueden encontrar en el suelo son solo una muestra del periodo en que se encuentra una zona del piso 17 de la Torre Sur en el Centro Gubernamental de Minillas.

Confrontado con la denuncia de que había una remodelación en su agencia, el secretario del DTOP, Carlos Contreras, alegó que desconocía que allí se realizaran mejoras.

Afirmó a Primera Hora que “si se está haciendo, no es con dinero del Departamento. Yo no he aprobado ningún desembolso”.

Más tarde, por petición de este medio, Maldonado de Jesús dio acceso al piso 17 de la Torre Sur de Minillas y explicó lo que ocurre en su oficina. Lo primero que hizo fue advertir que la remodelación lleva “más de dos meses”.

“Esa remodelación yo la he hecho con mi propio pecunio. O sea, ahí yo cambié el piso de la oficina, traje un sofá. Pero eso yo lo hice con mi dinero”, alegó el funcionario, al asegurar que su oficina estaba “bien fea”.

Cuando se le cuestionó las razones para sumirse en la remodelación, añadió que “no es que sea desprendido. Número uno, yo trabajo hasta tarde en la noche. O sea, paso aquí más tiempo del que paso en mi casa y me gusta trabajar en un ambiente en que yo me sienta cómodo. Y dos, nosotros aquí atendemos funcionarios del gobierno federal, empresarios que vienen a hacer negocios aquí en Puerto Rico, y yo entiendo que tenemos que dar la mejor cara… del gobierno y del trabajo que se hace”.

Maldonado De Jesús no pudo mostrar, de inmediato, evidencia que respalde que los $1,000 que dice haber invertido en la remodelación provienen de su cuenta bancaria.

“No tengo aquí los recibos conmigo que, de hecho, los guardé”, indicó.

El subsecretario aseguró que utiliza su tiempo “fuera de horas laborables y fines de semana” para la remodelación. Comentó que, en esencia, ha realizado la obra solo, aunque en ocasiones ha llevado “un chivero que me hace cositas en la casa”.

Tras dar esta breve explicación, Maldonado de Jesús permitió la entrada a la zona en construcción. De primera instancia, se observa el vestíbulo vacío, con un escritorio presto para recibir a las personas. No había oficinista. También hay un love seat oscuro, en el que solo caben dos personas. Dijo que esta pieza la compró en un “outlet” de una reconocida mueblería de la zona metropolitana.

En esta recepción falta instalar las losetas de las esquinas y cambiar varias que se han roto. 

Pasada la recepción, hay dos oficinas. La más pequeña la utiliza como su taller. Allí se pueden ver las cajas del piso de madera que instala, una máquina para hacer cortes a la madera, pintura y algunos plafones que ha removido del techo, entre otras cosas.

La oficina más grande es la que ocupa. Esta la pintó de azul, pues, según alegó, “por casualidad” es su color favorito. También faltan varias losetas por colocar, así como zócalos.

Un carrito para cargar herramientas y un marrón de plástico son muestra de que allí se realiza una remodelación. 

“El gobierno está en una situación económica que no puede (hacerse cargo). Lo que se hacía en otra época o quizás, lo que sería lógico, que yo pudiera llamar al área de mantenimiento y pedir, por lo menos, que me pinten las paredes, pues no es una alternativa. Y ante esta situación, yo tomé la iniciativa de comprar unos galoncitos de pintura y de comprar ese pisito de madera, que tampoco es una cosa lujosa ni complicada de instalar, y hacer esas mejoras”, aludió Maldonado de Jesús.

El funcionario no supo indicar cuándo terminará la obra. Por lo pronto, dijo que atiende a su visita en la sala de reuniones.