El cierre temporal de servicios en la Autoridad de Transporte Integrado (ATI) y la Autoridad Metropolitana de Autobuses (AMA) durante la crisis de la pandemia ha provocado hasta el momento pérdidas en estas agencias por concepto de boletería de $3 millones.

La acelerada propagación del novel coronavirus a nivel mundial obligó a los gobiernos de casi todos los países a tomar medidas drásticas que incluyeron el cierre parcial de comercios, operaciones gubernamentales y servicios de impacto social como los transportes públicos para tratar de minimizar el impacto de la enfermedad.

Puerto Rico no fue la excepción y desde el pasado 15 de marzo, medios de transporte importantes como lo son ATI y la AMA -los cuales tienen limitados sus servicios al área metropolitana- tuvieron que cerrar sus operaciones por orden ejecutiva de la gobernadora Wanda Vázquez Garced. Otros servicios como ASLA -un operador privado con base en España que ofrece transporte desde Caguas hasta San Juan en viajes con horarios establecidos y con tarifas que comienzan en $2.50- tampoco está autorizado a server a al ciudadanía.

A raíz del forzoso cese por orden del gobierno – uno que aun está vigente- unos 500 mil usuarios mensuales del tren urbano y 250 mil de la AMA dejaron de recibir el servicio lo que ha provocado pérdidas millonarias en los ingresos, por concepto de las ventas de boletos, en estas dependencias adscritas al Departamento de Transportación y Obras Públicas (DTOP).

Según explicó a Primera Hora el director ejecutivo de ATI y la AMA, Josué Menéndez, en el caso del tren urbano las pérdidas mensuales entre marzo, abril y mayo fueron de $600 mil mensuales, mientras que en la AMA ese número se elevó a $200,000.

“En junio y julio esas cifras cambian porque el flujo de pasajeros disminuye. Así que las pérdidas en el tren para junio y julio es de $500,000 por mes y de la AMA tengo que verificar, pero baja un poco”, expresó Menéndez. En total las pérdidas estimadas desde marzo hasta junio son de poco más de $3 millones.

La baja en ingresos supone un golpe difícil de recuperar para estas dos agencias que ya operaban con un desangre en su presupuesto luego que en el plan fiscal del 2019-2020 sufriera un recorte de sobre $9 millones. El presupuesto actual de la AMA es de $50 millones y el de ATI de $85 millones.

“No me han dicho cuál será el presupuesto para el nuevo año fiscal 2020-2021… pero espero que la Junta de Supervisión Fiscal considere las pérdidas que hemos tenido”, dijo Menéndez.

Actualmente, en la AMA hay 600 empleados, mientras que el tren urbano opera con 400 personas en su fuerza laboral. Ningún obrero fue sometido a cesantías durante la cuarentena, pero los retos de operación y administración son enormes, reconoce el funcionario.

Dijo que a estos fines solicitó a través de la Ley CARES Act – un estímulo federal que se ofreció a los estados y territorios de Estados Unidos para subsanar los estragos de la pandemia- unos fondos para cubrir los gastos de prevención y seguridad que se implantarán en las facilidades de los transportes una vez se reintegren a la reapertura económica establecida por la gobernadora y que ayer inició su tercera fase. Al momento, no ha surgido información de que los servicios de la AMA o ATI se reincorporen en la cuarta fase establecida para el 1 de julio.

“A través de estos fondos obtuvimos $21 millones tanto para el tren como para los autobuses… esto nos va a garantizar cubrir gastos de equipo de protección personal y otras cosas del protocolo por lo menos hasta diciembre. Ya luego, habría que evaluar el presupuesto”, sostuvo Menéndez.