Unos 464 jóvenes de duodécimo grado y 2,634 niños de primer grado entre los fracasos escolares
Educación detalla el plan que tiene para atender a los 24,740 alumnos que no pasaron de grado.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 4 años.
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Entre los 24,740 estudiantes del sistema público de enseñanza que fracasaron este año escolar hay 464 jóvenes que no pudieron graduarse de cuarto año y 2,634 niños que no pasaron el primer grado.
El número de alumnos que fracasaron es el equivalente al 10.16% de la población estudiantil. En años anteriores, el por ciento de fracaso fluctuaba entre 4% a 6% de la totalidad del estudiantado.
A preguntas de Primera Hora, el secretario interino del Departamento de Educación, Eliezer Ramos, detalló que la cifra de fracasos en duodécimo grado es mucho menor que lo que se estimaba para el reporte académico de las 30 semanas cuando la proyección era que más de 1,000 jóvenes no pasarían de grado. En total, unos 18,742 estudiantes completaron su cuarto año.

Mientras, un reporte enviado afirma que fueron 2,634 los alumnos de primer grado (14.81% de la matrícula) los que no lograron ser promovidos al próximo nivel escolar, ocupando el primer lugar entre los grupos con mayor fracaso académico. Mientras, en este mismo nivel se lograron promover a 15,147 niños.
Se informó que 2,626 adolescentes de noveno grado tampoco lograron pasar de grado, lo que es el equivalente al 11.81% de la matrícula para este nivel. Le siguen en la lista unos 2,503 estudiantes de séptimo grado.
Las regiones de San Juan y Bayamón fueron donde más estudiantes con deficiencias académicas se registraron.
Para los estudiantes que fracasan grado, el cálculo se realizó utilizando las reglas vigentes en la Política Pública sobre Organización Escolar: en nivel elemental son dos F o más; mientras, en nivel intermedio son tres F o más.
Ramos dijo que hay preocupación ante las cifras estimadas de estudiantes con promedio de “F” en algunas materias, por lo que hay concretizado unos planes para atender a los alumnos que reprobaron, así como los que manifiestan algún rezago académico a causa de las interrupciones de clases provocadas por las emergencias ocurridas en el país en los últimos años, particularmente durante la pandemia.
Ramos explicó que la mayoría de los 24,740 fracasos se reflejaron en alumnos de séptimo a duodécimo grado de todas las regiones educativas.

“La variante (fracasos) está en todas las regiones, pero debo decir que la región educativa con los mejores promedios es Mayagüez, así que ese número baja en Mayagüez”, manifestó al indicar que es San Juan donde hay mayor concentración de estudiantes que reprobaron clases. “Pero San Juan es también la región de mayor población”, aclaró.
A juicio de Ramos, el efecto en deserción del alto porcentaje de fracasos académicos se analizará en los próximos meses. A esos fines, dijo que la agencia está preparada para identificar estudiantes en riesgo y ofrecerles apoyo. Para esta estrategia cuentan con psicólogos escolares, así como con equipos de trabajadores sociales y consejeros.
Aseguró que hay “ofrecimientos alternativos” para intentar retener a los estudiantes en riesgo de abandonar la escuela. Reconoció, además, que la migración es un “efecto latente en esos números”.
“En Puerto Rico para la evaluación de las 30 semanas teníamos 37,000 estudiantes que no iban a pasar de grado. Ese número ha ido bajando. El sistema está recogiendo la información porque los maestros terminan hoy sus labores y ese número puede variar. Tenemos 24,000 estudiantes que tenemos que trabajar en verano con ellos. Son cosas que estamos trabajando”, manifestó el secretario interino al mencionar que el fracaso escolar como efecto de los retos que trajo la pandemia se ha visto en los sistemas educativos del mundo, incluyendo jurisdicciones de Estados Unidos.
Quiso resaltar, en cambio, el esfuerzo que sobre 218,878 estudiantes del sistema público que lograron aprobar los cursos y pasar de grado. Este número equivale al 89.84% del estudiantado.
“Aquí es importante decir que el 91% de los estudiantes sí pasaron y ese es un reconocimiento que hay que hacerles a los maestros y familiares que hicieron una labor tan difícil en este año educativo”, puntualizó.
En total, el Departamento de Educación tiene 856 planteles con una matrícula estudiantil en agosto de 2020 de unos 270,000 alumnos. De estos, unos 90,000 pertenecen al programa de Educación Especial.
Mientras, Ramos aceptó que “como país nos debemos preparar para eventuales emergencias y próximamente se anunciarán unos planes que se irán preparando para que nuestros salones y maestros puedan contar con las herramientas necesarias en futuras emergencias como lo son los huracanes, terremotos o pandemias”.
Por lo pronto, Ramos adelantó que los estudiantes que fracasaron recibirán seis semanas de clases de verano. Tradicionalmente, las escuelas de verano se extienden por 20 días lectivos (cuatro semanas). Para el proyecto se vislumbra “reclutar al mayor número de maestros posibles”. La nómina de los recursos que laboren en el proyecto se sufragarán con fondos federales que “ya están disponibles”.
La dinámica -que se anunciará en detalles en los próximos días- habilitará clases en modalidad presencial y a distancia “para aquellos padres que todavía no se sienten en confianza”.
“Durante el verano, nosotros vamos a estar atendiendo principalmente lo que es la llamada ‘F’ o puntuaciones que están por debajo del 60 en esas clases para que nuestros estudiantes puedan seguir su rumbo escolar y el rezago que es un tema que lo queremos atender a largo plazo, pueda ser atendido”, dijo el funcionario.
Adelantó que la oferta académica remediativa se llevará a cabo por grados y los salones serán segmentados en grupos de 15 estudiantes. Sin embargo, se fomentará la enseñanza individualizada para aquellos que tengan más rezagos. De igual forma, habrá un catálogo de actividades recreativas para los alumnos.
De otra parte, dijo que el rezago de los estudiantes se pondrá bajo análisis en el inicio de clases en agosto cuando se administrará una prueba diagnóstica a toda la población a fin de conocer dónde están en términos de su dominio académico.
De acuerdo al resultado se identificarán las áreas de enseñanza que se deben reforzar durante el primer semestre escolar. De hecho, según Ramos esto permitirá que los maestros puedan preparar planes individuales por escuelas o por salones de clases.