Los anticuerpos inducidos por las vacunas contra el COVID-19 disminuyen drásticamente la neutralización de algunas variantes del virus, incluyendo una de las de Brasil que ya circula en la isla, una situación que pone sobre la mesa la discusión de lo importante que es establecer un Sistema de Vigilancia Genómica en Puerto Rico.

Así lo confirman los hallazgos de un estudio que realizaron en el Hospital General de Massachusetts el año pasado con muestras de sueros de pacientes que se inocularon con las vacunas de Pfizer o Moderna y que, posteriormente, sus muestras se pusieron en contacto con distintas variantes para determinar la capacidad desarrollada por los anticuerpos.

El médico puertorriqueño Wilfredo García Beltrán, investigador del Departamento de Patología del hospital, fue uno de los participantes de la investigación, cuyos resultados compartió ayer en una charla magistral que auspició el Puerto Rico Public Health Trust.

Según los hallazgos del estudio, publicado en la prestigiosa revista científica CELL, las dos dosis de vacunas de Pfizer y Moderna “no son capaces de neutralizar las variantes del virus de Brasil (P.1), Brasil (P.2) y Sudáfrica (B.1.351)”.

En cambio, tuvieron excelente eficacia para la variante original (China), la de Inglaterra (B.1.1.7), la de California (B.1.429) y las de Dinamarca.

Según García Beltrán, las variantes de Brasil y Sudáfrica tienen en común la mutación E484K, lo que permite que puedan evadir los anticuerpos y, por tanto, disminuir la efectividad de las vacunas existentes.

“Si las variantes siguen mutándose es posible que entremos en un escenario en el que tendremos que crear vacunas para las nuevas variantes. Sería algo similar a lo que ocurre con la influenza, que muta todos los años y se necesita un ‘boost’ de anticuerpos que reconozcan a esas variantes”, dijo el experto.

En cambio, destacó, que lo urgente actualmente es desarrollar un Sistema de Vigilancia Genómica para seguir el rastro y desarrollo de las variantes y poder contener cualquier epidemia de las nuevas mutaciones, como ocurrió con la llamada Gripe Española en 1918.

“En esa época del Spanish Flu ocurrió una segunda ola horrorífica porque personas infectadas la primera vez no lograron la inmunidad requerida cuando regresó el virus. Ahora mismo estamos haciendo todo lo posible para prevenirlo. Pero sí, hay riesgo de que haya una segunda ola del virus mutante. (El peligro) es que nadie está inmune a estas variantes y las vacunas no son capaces de neutralizarlas, a excepción de personas que estuvieron previamente infectadas. Por eso la vigilancia genómica es esencial para ver esos virus cuando salen... si no nos cuidamos bien y no hay vigilancia genómica, si no hay medidas profilácticas, pasaría lo que pasó en 1918″, dijo el especialista.

Enfatizó en varias instancias que la vacunación masiva es la medida preventiva para evitar mutaciones. “Si no hay contagios, no hay mutaciones. Entonces, tenemos que evitar los contagios y ahora mismo la medida profiláctica está con las vacunas existentes”, sostuvo al explicar que las personas que enfermaron de COVID-19 y se vacunan sí crean anticuerpos neutralizantes contra las variantes bajo observación en el estudio (las de Brasil y Suráfrica). Además, lograr la llamada inmunidad de rebaño, con al menos un 70% de la población vacunada, favorecería el panorama.

“Las personas que tuvieron una infección real de COVID y luego se vacunaron tienen una respuesta neutralizante para todos los viruses. Eso es algo positivo”, subrayó al hacer hincapié en que el efecto se percibe igual en los que les dio la enfermedad leve o severa. Aunque el estudio no se hizo con la vacuna de Janssen, favoreció también esta dosis.

“Lo importante es saber que es esencial y crítico saber dónde estamos parados con las variantes nuevas del virus. Si no tenemos una vigilancia de las mutaciones vamos a estar en ciclos de pandemia”, puntualizó el egresado de la Universidad de Puerto Rico, en Río Piedras, y quien cursó estudios en medicina y doctorado en la Universidad de Harvard, donde se especializó en patología clínica, medicina de transfusión e inmunología.

En el caso de Puerto Rico, la detección de las variantes de Brasil (P.2) y California fueron informadas a mediados de marzo. Según el secretario de Salud, Carlos Mellado, la variante P.2 fue detectada en una mujer, entre los 40 y 49 años. Mientras la variante californiana se identificó en dos pacientes. En febrero, el secretario había informado que se habia detectado la variante británica en una viajera, residente en Europa, que requirió hospitalización y que llegó a la isla a visitar a unos familiares (tres de ellos también resultaron contagiados). Posteriormente se informó de otros dos casos adicionales.

Mellado aseguró en aquel momento que las vacunas protegían contra las tres variantes que se han detectado en la isla.

El Departamento de Epidemiología de Salud Pública del DS, cuenta con la colaboración del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades en San Juan (CDC, por sus siglas en inglés) y la Ponce Health Sciences University (PHSU). Además, tres laboratorios en la isla: Quest, LabCorp e Ilumina, envían al CDC en Atlanta muestras para secuenciar y mantener la vigilancia molecular.

Salud lleva un par de meses indicando que se establecerá un Sistema de Vigilancia Genómica y que se mandaron a comprar unos reactivos que permitirían realizar el proceso de secuenciación. En cambio, el proceso no ha iniciado. El mes pasado Mellado dijo que personal de los CDC está adiestrando a profesionales de la agencia.

Primera Hora solicitó información sobre el proceso de implantación del sistema a Valerie Díaz, portavoz de prensa de la agencia, y al cierre de esta edición la información no fue otorgada. Tampoco se precisó si se han descubierto casos de nuevas variantes o si aumentó la cantidad de pacientes con las mutaciones identificadas en la isla. Díaz indicó que se recibió un “nuevo informe” sin ofreer más detalles.

Anteriormente, la epidemióloga Fabiola Cruz, exdirectora del Sistema Municipal de Investigación de Casos y Rastreo de Contactos del Departamento de Salud, indicó que una vez detectada alguna variante nueva del virus “lo importante es iniciar un proceso de rastreo y monitoreo”.

“Es importante para ver con qué otra cosa se asocian (los casos que se identifiquen). Queremos saber si son viajeros o están asociados a algún brote”, acotó al dar énfasis en la capacidad de seguir impactando a las comunidades con iniciativas como las del COVIVEO, en las que se realizan pruebas diagnósticas de antígenos a través de la isla.

¿Cuándo veremos el fin de la pandemia?, se le inquirió al doctor García Beltrán.

“En el mejor de los escenarios, suponiendo que para el verano todo el mundo esté vacunado, puedo imaginar que ya para finales de 2021 los casos nuevos estarán súper bajos y que podemos relajar las medidas de distanciamiento social... si todo el mundo se puede vacunar, para el año que viene podemos imaginar el regreso a la normalidad”, respondió al agregar que depende también del control que se tengan con las variantes que surjan.

Actualmente, en Puerto Rico se han recibido 1,262,70 vacunas, de las cuales 1,227,222 han sido distribuidas. El total de dosis administradas es de 839,527, de las cuales 304,982 son en personas con dosis completadas. Sin embargo, el dashboard de Salud enfatiza que unas 387,695 dosis administradas no han sido registradas en el Puerto Rico Electronic Immunization System (PREIS).

De otra parte, en la isla se han detectado 96,252 casos confirmados de coronavirus. Hasta ayer, 2,100 personas habían fallecido a causa del virus. El 57% (1,198) de los fallecidos son hombres.