La violencia marcó el inicio del paro de 48 horas que decretaron los estudiantes del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico.

Un estudiante, un observador de Colegio de Abogados y cuatro guardias de seguridad resultaron heridos en incidentes distintos ocurridos en horas de la madrugada de ayer.

Una guagua de seguridad del Recinto terminó con todos sus cristales rotos y con las gomas vacías, además, permanecía como un elemento más de una barricada que los estudiantes colocaron en las calles del campus.

El paro comenzó en medio de una noche convulsa y agitada, en las que los universitarios se prepararon para la contingencia de una embestida de parte de las fuerzas de seguridad contratadas por la administración de la Universidad o, en su defecto, de parte de la Policía de Puerto Rico.

Uno de los incidentes más dramáticos se dio después de que el personal contratado por la compañía Capitol Security se diera a la tarea de derribar las barricadas que se habían alzado en los principales accesos al Recinto, ahora libres de portones por órdenes de la administración universitaria.

Estudiantes encapuchados aprovecharon la noche para reutilizar paneles de madera y zinc que protegían un área de construcción aledaña a la biblioteca general del Recinto.

En otras entradas se utilizaron zafacones, maderos y otros materiales para obstaculizar el tránsito de vehículos.

Pasadas las 2:00 de la madrugada fue vandalizada la guagua de seguridad, esto justo cuando los guardias privados intentaban desmantelar una barricada aledaña a la salida del antiguo edificio de Ciencias Naturales.

La refriega entre estudiantes y guardias dejó el saldo de cuatro agentes heridos.

Más tarde, guardias recién contratados por Capitol Security atacaron con cuartones, según testigos, a otro estudiante en la avenida Ponce de León.

El joven de 20 años fue llevado convulsionando al Hospital Auxilio Mutuo, aquejado además de un fuerte dolor en la nuca y en su oído izquierdo.

Los testigos señalaron que Wiliam Francisco Ayala fue golpeado como por 20 guardias de Capitol.

Los encontronazos con ese personal de seguridad fueron la orden del día.

Otra víctima fue un observador del Colegio de Abogados quien fue tirado al piso y macaneado cuando defendió al estudiante Michael Bonilla que fue arrestado por golpear a un guardia con una patineta.

Poco antes del mediodía también hubo intercambio de insultos entre los estudiantes y los guardias de Chicky Starr.

En el portón de Ciencias Sociales, estudiantes y guardias intercambiaron palabras fuertes cuando los primeros entraron al Recinto y, supuestamente, golperon las máquinas de expendio de comidas de la facultad.

Jonathan Acosta les dijo a los universitarios que tenían que ser tolerantes y les advirtió que la Policía iba a entrar al Recinto, que quienes iban a intervenir con los estudiantes no eran ellos.

Cinco jovencitas, también de Ciencias Sociales, se quejaron de que personal de esa compañía también las amenazó de muerte.

El paro estudiantil fue un éxito, en el sentido de que casi ningún estudiante se apareció en el campus con las intenciones de estudiar, contrario al reclamo que hizo el lunes la rectora Ana Guadalupe.

“Fue un éxito, y superamos nuestras expectativas”, celebró la líder estudiantil, Xiomara Caro.

La propia Guadalupe reconoció que las labores administrativas en el Recinto se paralizaron, incluso en el edificio de Plaza Universitaria. Allí, la Administración señaló que hubo una amenaza de bomba, que resultó al final falsa.

El ex legislador y profesor de Ciencias Sociales, José Garriga Picó hizo el acto simbólico de allegarse a la facultad de Ciencias Sociales, y allí se encontró con uno de sus estudiantes, que quería coger clases.

Por lo demás, el resto de las aulas quedaron desiertas.

El movimiento estudiantil temía, de otra parte, que la llegada de un grupo de manifestantes que reclamaban que querían la Universidad abierta fuera el preámbulo de una incursión policiaca en el Recinto.

Los manifestantes, que marcharon desde la Plaza de la Convalecencia de Río Piedras hasta las cercanías del campus, no pudieron entrar al Recinto, porque se lo impidieron dos líneas de policías que protegieron el perímetro de la entrada de la UPR que da acceso al Museo.

La marcha estaba compuesta en su mayoría de personas mayores, que los estudiantes identificaron como del Partido Nuevo Progresista.

Más paros

El paro de Río Piedras pareció encender la mecha para que otros recintos se unieran a protestas como éstas. En el Recinto de Aguadilla los universitarios aprobaron otro paro de labores de 48 horas y los de Cayey, de 36.

Bayamón, mientras tanto, votó en contra de la cuota especial de $800 y se irían a paro de 48 horas, si logran reclutar a 130 estudiantes para que efectivamente paralicen ese recinto.

La situación en los recintos de Mayagüez, Arecibo y Utuado se mantuvo en calma.

Sara M. Justicia Doll, Leysa Caro González y Maelo Vargas Saavedra colaboraron en esta historia.