¿Qué es el voceteo? ¿Cuál es el impacto de esta modalidad competitiva en la comunidad? ¿Deberían prohibirse estas prácticas? ¿Qué opinan los líderes de este movimiento?

En las últimas semanas se ha escuchado el término “voceteo” por parte de un puñado de alcaldes que buscan regular o prohibir esta práctica en sus pueblos a través de ordenanzas municipales. Las advertencias han surgido luego que ciudadanos hayan denunciado que hay personas que les están alterando la paz al pasearse por las comunidades con autos que han sido modificados en sus baúles o puertas con equipos de sonido que promueven ruidos excesivos y perturbantes.

Los querellantes alegan que estos ruidos innecesarios ocurren a altas horas de la noche y el estruendo de la música a un nivel de volumen exagerado es a tal magnitud que interfiere en conversaciones, altera a envejecientes o personas con discapacidad intelectual, incómoda a los animales y provoca un problema de contaminación ambiental.

Así lo explicó a Primera Hora Nelson Hernández, el director de la Oficina de Códigos de Orden Público del Negociado de la Policía, al destacar que “sabemos que el famoso ‘voceteo’ es un problema a nivel Isla”.

Aunque se utiliza la palabra “voceteo”, la definición que se le da al término por parte de las autoridades es que se trata de una competencia entre dueños de vehículos que han sido alterados con sistemas de sonidos modificados en la que se persigue demostrar cuál posee el equipo capaz de generar el más alto nivel de decibeles. Estas competencias, comúnmente, se llevan a cabo en coliseos o estacionamientos de forma organizada. En cambio, algunos miembros de clubes se pasean con sus vehículos por las comunidades fuera de los eventos competitivos, generando el malestar en el bienestar público. Esta conducta es rechazada por portavoces del movimiento, quienes están de acuerdo en que se regule el uso de vehículos con horarios y lugares destinados para estos fines.

“Mayormente son jóvenes que les ponen cinco, seis o más bocinas a sus carros para generar un ruido excesivo al poner la música. El problema es que estos muchachos se están reuniendo en varios sitios a altas horas de la noche y hacen estos ruidos y afectan el pacífico vivir de los residentes que viven en esos sectores. Este es un problema serio, porque afecta la calidad de vida de las personas mayores. Hemos visto casos de niños con autismo que se alteran con esta situación”, sostuvo Hernández.

Precisó que, actualmente, hay 67 pueblos con códigos de orden público. “Son ordenanzas municipales que la legislatura municipal crea para regir las conductas que deben establecerse en espacios públicos, entiéndase zonas residenciales, comerciales o turísticas”, detalló.

“Estos 67 pueblos establecen una disposición para atender el famoso ruido innecesario. Pero se trata de una prohibición en unas zonas específicas, como lo son los cascos urbanos y otras áreas. Algunos lo que están haciendo ahora es enmendando las ordenanzas para ampliar esa disposición a otros barrios donde se está confrontando la problemática”, sostuvo al indicar que las multas por violación a estas ordenanzas son de $500 o $1,000 y son emitidas tanto por la policía estatal como por la municipal.

Los municipios que no han implementado el Código de Orden Público, según datos de la Policía, son Luquillo, Vieques, Culebra, Loíza, San Juan, Guaynabo, Bayamón, Jayuya, Utuado, Peñuelas y Aguadilla.

En cambio, el comisionado de seguridad del municipio de Bayamón, Ángel Jiménez, aclaró que hace un año se hizo una enmienda a la ordenanza municipal relacionada a leyes de tránsito, en el que se incluye el “voceteo” como violación. “Ha sido bien efectivo”, dijo Jiménez.

“Puerto Rico no está exento al serio problema que provoca la contaminación por ruido y al impacto negativo que ésta genera, tanto a nivel individual como a la vida en comunidad”

-José "Pichy" Torres Zamora, legislador

Por su parte, Hernández destacó el caso de Barceloneta, donde mensualmente se emiten entre dos a cinco boletos concernientes a ruidos excesivos vinculados a “voceteo”.

Asimismo, dijo que el Negociado de la Policía trabaja un plan específico con el municipio de Camuy, cuyo alcalde Gabriel Hernández, fue uno de los que sometió a inicio de año una ordenanza que busca enmendar el actual código de orden público municipal para prohibir el “voceteo”.

En entrevista con Primera Hora, el alcalde explicó que la prohibición abarcaría evitar la emisión de ruidos con volúmenes excesivos provenientes de radios, bocinas, amplificadores, equipos de sonido o sirenas instalados en cualquier vehículo y que perturben “la paz, tranquilidad y salud de un ciudadano de Camuy o algún visitante”.

“Ahora mismo, lo que buscamos es expandir el Código a todo los territorios y que no aplique solo al casco urbano y otros lugares específicos. Buscamos regular el voceteo en los 13 barrios donde no aplica el Código, porque la policía no tiene garras para intervenir con esta conducta en esos lugares donde también tenemos el problema. Y estamos hablando de que esto es un delito menos grave, según el artículo 241 del Código Penal”, indicó el jefe del ayuntamiento.

El artículo 241 del Código Penal presenta el concepto de “Alteración a la Paz” cuando dispone como infractor a toda aquella persona que “perturbe la paz o tranquilidad de una o varias personas en forma estrepitosa o inconveniente mediante vituperios, oprobios, desafíos, provocaciones, palabras insultantes o actos que puedan provocar una reacción violenta o airada en quien la escucha”. En esta misma línea está la alternativa de presentar querella bajo la Ley 71 (Ley de Delitos Contra la Paz Pública), un estatuto que se implantó hace 79 años.

Los ruidos excesivos también están prohibidos por el Reglamento para el Control de la Contaminación por Ruidos (Reglamento 8019 de 2011) que queda bajo jurisdicción del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA).

Asimismo, legisladores del Partido Nuevo Progresista y el Partido Popular Democrático presentaron un proyecto bipartita en la Cámara de Representantes que busca prohibir la operación de vehículos de motor que emitan ruidos excediendo los niveles de presión establecidos. El proyecto - que busca enmendar la Ley 22 de Tránsito- propone también que el Departamento de Seguridad Pública (DSP) compre equipos de medición acústica (sonómetros) para uso de agentes policiacos.

El representante José “Pichy” Torres Zamora, quien el cuatrienio anterior presentó una medida que busca prohibir el “voceteo”, volvió a la carga este año radicando el proyecto que en el pasado tuvo la aprobación de la Cámara, pero no del Senado.

De paso, instó a los alcaldes que interesan controlar la contaminación por ruido que apoyen el Proyecto de la Cámara 475. “Puerto Rico no está exento al serio problema que provoca la contaminación por ruido y al impacto negativo que ésta genera, tanto a nivel individual como a la vida en comunidad”, manifestó Torres Zamora en declaraciones escritas.

Según el alcalde de Camuy, las modificaciones a la ordenanza municipal se llevarán a cabo para garantizar los derechos de los ciudadanos y no afectará a los vendedores ambulantes que utilizan bocinas para promover sus productos siempre y cuando tengan patente municipal y soliciten un permiso especial a través de la Oficina Municipal de Código de Orden Público.

“Me han preguntado de las caravanas políticas o de los funerales que se anuncian por altoparlantes. Estos podrán llevarse a cabo solicitando el permiso especial en la oficina. Pero es importante que sepan que nadie será autorizado a utilizar bocinas con ruidos excesivos después de las 9:00 de la noche. Camuy tiene 32,000 habitantes y el 18% son personas mayores de 60 años. Tenemos que respetarlos”, dijo el alcalde sobre la ordenanza que está en proceso de evaluación y vistas públicas en la legislatura municipal.

Mientras, el capitán Rafael Asencio, comandante de distrito de la policía estatal en Camuy, dijo que se estableció un plan de intervención que comenzará este fin de semana en las zonas que comprende el Código de Orden Público vigente.

“Estamos hablando del litoral costero (incluyendo los dos balnearios), la avenida Muñoz Rivera, el casco urbano y otras zonas donde usualmente estos muchachos del voceteo van en el fin de semana y de donde surgen algunas querellas”, manifestó el oficial al indicar que esta semana se han emitido seis boletos a personas que han alterado la paz de vecinos.

“Es que es música bien alta, al extremo de que molesta. Y muchos ponen canciones vulgares que incomodan a la gente con muchísima razón”, agregó.

Al igual que el alcalde de Camuy, los ejecutivos municipales de San Juan, Arecibo, Aguadilla y Hatillo han hecho expresiones aludiendo a que recurrirán a ordenanzas municipales para atajar la situación de los llamados “voceteos”.

Por ejemplo, el alcalde de Aguadilla (Julio Roldán Concepción) dijo que se haría valer una ordenanza ya existente, pero que no se había puesto en vigor.

Por su parte, el alcalde de la capital, Miguel Romero, también se lanzó contra el voceteo y anunció la aprobación de una orden ejecutiva para reforzar el cumplimiento de varias leyes y ordenanzas que garantizan el control de ruidos innecesarios y la contaminación acústica.

“La sana convivencia, la tranquilidad y la paz ciudadana son elementos necesarios para que la ciudad capital de Puerto Rico logre retomar su posición como una jurisdicción que incentiva la repoblación de sus diversas comunidades y mantenga un ambiente que redunde en una mejor calidad de vida para todos nuestros residentes”, establece la Orden Ejecutiva 008 promulgada por Romero.

Levanta su voz un “vocetero”

José Hernández es un vocetero -como se le conoce a los aficionados del voceteo- de corazón. Su afición por los sonidos emitidos del radio de los carros surgió hace muchos años, porque su papa tenía un equipo en su vehículo.

“Usamos la palabra voceteo porque ese es el ‘main name’ que se le tiene al hobbie. Hay páginas (en redes sociales) como ‘Los agitadores del voceteo’ o ‘Los problemáticos del voceteo’ donde anuncian sus propios shows (competencias). Y a esos shows fue que fui por primera vez como consumidor y ahora como distribuidor de la marca HR Audio, en la cual nos dedicamos a la venta de los equipos para montar en los carros”, cuenta el joven residente en San Sebastián, uno de los pueblos donde los fines de semana se ven decenas de vehículos con bocinas en los baúles y puertas.

Usualmente, el grupo se reúne en el estacionamiento del coliseo Luis Aymat, aunque la pandemia ha dificultado los encuentros. Allí, diversos “musicólogos” -como también le llaman en el ambiente a los aficionados- realizan competencias en las que se evalúa cuál auto emite diferentes sonidos, tomando en consideración la voz de la canción seleccionada.

“Esta moda realmente comenzó en los ’80, pero antes no era voceteo. Antes era una competencia de presión para medir el bajo nada más. Ahora se miden los diferentes sonidos que salgan de las bocinas. La palabra voceteo sale porque lo que se busca es que la voz haga todo. Antes era el bajo, ahora son las voces poniendo música de diferentes artistas. Usualmente, en las competencias se utilizan salsas y merengues en la primera ronda. Luego reguetón. También hay competencias específicas en el que se usa mucho a Whitney Houston con la cancion “I Will Always Love You”, manifestó Hernández, quien ganó una competencia con esta melodía logrando unos decibeles de 163.7 cuando la artista agudiza y cambia el timbre de su voz.

Explicó que los amplificadores que se utilizan en los vehículos tienen de 12 a 15 mil watts y que un auto para competencia puede requerir una inversión de entre $12,000 y $20,000.

Respecto a la prohibición que se está promoviendo en diferentes municipios, el joven destacó que sería detrimental para los comerciantes que se dedican a la venta de estos equipos. Sin embargo, reconoció que se debe regular el “voceteo” para garantizar que no se altere la paz de los ciudadanos.

“Al querer prohibirlo se nos ha hecho difícil y las ventas han bajado mucho”, indicó.

“Estoy de acuerdo que se puede regular. Entendemos que hay horarios y que se puede llegar a un consenso para que haya unas áreas a las que podamos ir sin molestar a nadie ni estar en las urbanizaciones o barrios donde están las personas mayores. He hablado con los líderes de la alta jerarquía en Puerto Rico y estamos de acuerdo en ese sentido porque sabemos que el ruido alto puede molestar. Yo en algún momento lo hice y pido disculpas por mí y por todos los del voceteo”, expresó Hernández.