La Junta de Gobierno de la Universidad de Puerto Rico (UPR) acogió planteamientos de un subcomité que recomendó la destitución del presidente del primer centro docente del país, Uroyoán Walker, quien a media tarde anunció que no abandonaría el puesto.

Walker restó validez al informe sobre las becas presidenciales y puntualizó que no tiene razones para abandonar el cargo que ocupa.

Sin embargo la Junta insistió en su salida y le retiró la confianza. Posteriormente trascendió que la profesora Celeste Freytes asumiría la presidencia de la UPR.

Mientras, la información sobre la recomendación de destitución fue confirmada por la presidenta del Consejo General de Estudiantes (CGE), Wilmarie de Jesús, quien planteó que el informe recoge los reclamos de la comunidad universitaria que hace varias semanas  exigió la renuncia de Walker, así como del rector del recinto riopedrense, Carlos Severino.

De Jesús manifestó que ambas recomendaciones fueron acogidas por la Junta de Gobierno tras discutirse el informe sobre las irregularidades en las concesiones de la beca presidencial.

“Las recomendaciones del informe sobre las becas presidenciales lo que hicieron fue apoyar los reclamos que los estudiantes habían estado trabajando por los últimos meses”, declaró a Primera Hora la líder estudiantil. “Esto responde al reclamo del estudiantado en las diferentes asambleas”, recalcó de Jesús.

Walker, mientras, señaló a media tarde en declaraciones escritas que el informe sobre las Becas Presidenciales “está plagado de errores e inconsistencias”. Puntualizó que “carece de conclusiones y recomendaciones” que se le encomendaron al comité. Recalca que como el documento “carece de total objetividad” y, a pesar del ambiente “de cacería de brujas” que impera,  su intención era mantenerse en su puesto.

“El Informe sobre las Becas Presidenciales, resultado de una auditoría comisionada por la Junta de Gobierno de la Universidad de Puerto Rico a tres abogados de la práctica privada, y del cual el martes me entregaron una copia sin sus anejos, está plagado de errores e inconsistencias.  De igual forma, carece de conclusiones y recomendaciones, según la encomienda”, señaló Walker.

“Del documento, que carece de total objetividad en la narración de los hechos y de referencias serias sobre el marco legal y reglamentario de la UPR, no se desprende que yo, como Presidente de la Universidad, obtuve beneficio alguno como tampoco que haya recibido presiones de nadie en el proceso”, puntualizó Walker.

“Tengo que concluir que los señalamientos que se hacen reflejan las intenciones y acciones de personas interesadas en avivar la intriga política, más que en el perfeccionamiento de los procesos universitarios.  Mis declaraciones cuando comenzó a ventilarse el asunto en los medios están ahí”, argumentó.

“Es ante este escenario de cacería de brujas, matizado por un afán de infligir daño, que he decidido permanecer en mi puesto de presidente”, sentenció

“No tengo ninguna razón por la cual renunciar.  Si así lo hiciera, estaría adjudicándole al citado informe la validez que no tiene”, sostuvo.

“Permaneceré en la presidencia de la Universidad de Puerto Rico para darle continuidad al plan de trabajo que me impuse al llegar y el cual se ha traducido en muchos e importantes logros”, agregó Walker, pero la Junta de Gobierno resolvió destituirlo.