La directora de la Oficina de Ética Gubernamental, Zulma Rosario, recuerda perfectamente las ocasiones en que la exsecretaria de Educación, Julia Keleher, y la exdirectora de la de la Administración de Seguros de Salud (ASES), Ángela Ávila, recibieron adiestramientos en los que se enfatizaba sobre las consecuencias de incurrir en corrupción.

Por eso, al repasar los acontecimientos y las detenciones de ambas mujeres por defraudar al gobierno no le queda otra cosa que pensar que, si lo que se les imputa es cierto, “infrigieron la ley con conocimiento de causa”.

“Las personas que vienen con malas intenciones, no importa los adiestramientos, lo van a hacer. Y es frustrante, porque se trata de funcionarios que tomaron un adiestramiento de siete horas y media en el que, prácticamente, los secuestramos para hablarles con casos reales… discutimos casos, les ponemos vídeos. Algunos, incluso, salen tan impactados que hasta lloran. Entonces, ¿qué ocurre después? Sólo su peinador sabe”, opina Rosario al explicar que los funcionarios de alto rango también reciben talleres en la Oficina del Contralor.

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Insiste que su agencia batalla el problema de corrupción gubernamental de  manera “satisfactoria” desde la fiscalización y desde una perspectiva de prevención.

“Aquí se les habla, no hay excusa… En  broma y en serio, comentaba, que lo único que nos falta a estas alturas sería hacer unas pruebas de ADN para poder detectar al corrupto, porque ¿qué más podemos hacer? Hay quien tiene en sus genes la corrupción porque es la única forma en que uno piensa cómo es que una persona hace lo que hace sabiendo las consecuencias de sus actos, sabiendo el daño que le infringe a su familia, que son los seres que más deben amar”, manifiesta dejando aflorar su malestar.

En el caso específico de Keleher y Ávila dice estar impresionada, pues a ambas funcionarias las notó atentas durante los adiestramientos de ética que recibieron en la agencia entre enero y abril de 2017.

“Me acuerdo dónde estaban sentadas y uno dice: ‘por favor, ¿qué fue lo que no se le pudo transmitir? Pero como yo no soy culpable, porque la salvación es individual, pues tengo la tranquilidad de espíritu que aquí se le adiestró… aparte, que el que viene a servir al pueblo debe venir con un corazón limpio y con una carga de valores que te tienen que haber enseñado en tu casa”, dijo.

Un gran jurado federal acusó el miércoles por cargos por fraude, lavado de dinero, conspiración para cometer fraude, lavado de dinero, y hurto de dinero a la ex directora de la Administración de Seguros de Salud (ASES), Ángela Ávila; a la ex secretaria de Educación, Julia Keleher; a los contratistas Fernando Scherrer, Alberto Velázquez Piñol y  Mayra Ponce Mendoza; y a la ex ayudante de Keleher, Glenda Ponce Mendoza.

Los cargos describen al menos tres esquemas de corrupción por los cuales se desviaron sobre $15 millones en fondos estatales y federales a empresas e individuos que aprovecharon sus contactos con el gobierno para incrementar sus ganancias.

Ávila, quien renunció el 25 de junio, enfrenta seis cargos. En el caso de Keleher, enfrenta siete cargos.

Ambas podrían enfrentar penas que sobrepasan los 20 años de cárcel.