Para Lester Lugo y su esposa Zaida Rodríguez, el Día de Navidad fue de sentimientos encontrados. 

Por un lado, el matrimonio peñolano revivía ayer la dolorosa muerte de su querida tía, doña Belén Santiago, quien pereció en un fuego el 7 de mayo de 2018, al tiempo que comunicaba la buena noticia de que por fin, el Negociado de Ciencias Forenses (NCF) les había entregado los restos de la difunta.

Doña Belén, quien era enfermera retirada, cuidadora de personas de mayor edad y una mujer muy querida en el pueblo de Peñuelas, murió a sus 86 años en un fuego que consumió su humilde vivienda de madera y zinc, en el sector Cuba de este municipio y la identificación del cuerpo se convirtió en un vía crucis para Lugo y su esposa, pues el proceso en el NCF se prolongó por un año y siete meses.

En el verano del 2018 su esposa y él mandaron a hacer la lápida de su difunta tía para cremarla y rendirle tributo póstumo, sin imaginar que tendrían que esperar casi hasta el 2020 para culminar el angustioso proceso.  

“Este es un día de Navidad muy especial. Me siento bien feliz, más tranquilo porque a veces uno no puede ni dormir pensando en cuándo me la entregan, cuándo me la entregan. La desesperación, la preocupación quedan atrás”, afirmó Lugo. 

El Día de Navidad de 2018 Primera Hora reseñó este caso, en momentos en que los técnicos forenses habían recurrido a pruebas genéticas de ADN en Estados Unidos, pues la familia no pudo conseguir placas dentales para identificar el cuerpo. El caso, sin embargo, se ahogó por más de un año en la burocracia del NCF y no fue hasta finales de noviembre pasado que el proceso se comenzó a mover con la intervención de la nueva directora ejecutiva de la agencia, la patóloga María Conte Miller.

Lugo relató que en 2018 y 2019 se cansó de dar viajes al NCF, en San Juan y nunca obtuvo resultados. Dijo que dejó de llamar por teléfono porque no le contestaban y sostuvo que cuando iba personalmente al Negociado le decían que los resultados de la muestra de ADN que le tomaron para compararla con el material genético de su tía, tardaban en llegar. 

“Siempre me decían lo mismo, que eso tardaba y llegó el momento en que empecé a dudar de que eso estuviera en Estados Unidos. Dudé porque, como yo hay varias personas, hay varias familias con el mismo caso, con más de año y medio o con menos tiempo en esa espera”, aseguró.

angustia.  En el  2018 se mandó a preparar la lápida de su difunta tía, sin imaginar que tendría que esperar casi hasta el 2020 para culminar el proceso.    (juan.martinez@gfrmedia.com)
angustia. En el 2018 se mandó a preparar la lápida de su difunta tía, sin imaginar que tendría que esperar casi hasta el 2020 para culminar el proceso. (juan.martinez@gfrmedia.com)

Narró que logró comunicarse con la secretaria de Conte y aunque no habló personalmente con la patóloga, el mismo día le asignó el caso de doña Belén a una ayudante. Al día siguiente, la ayudante de Conte lo llamó y le notificó que en dos semanas estarían listos los resultados del laboratorio de Estados Unidos. 

“A la semana y media, la ayudante me llama para darme la buena noticia de que los resultados estaban en Forense en San Juan y el viernes, 20 de diciembre fuimos allá para llenar la papelería”, contó Lugo.

“Después que llamé a la oficina de Conte inmediatamente empecé a ver resultados, lo cual mi familia y yo le agrademos muchísimo porque si no hubiese sido así estaríamos quizás otro año y medio esperando. Gracias a Dios, es una alegría para nosotros porque ahora sí se le puede dar cristiana sepultura a mi tía y que descanse en paz. Ya terminamos ese capítulo”, expresó.

Para completar el proceso y que los restos de su tía le fueran entregados, Lugo tuvo que llevar una declaración jurada y una carta de buena conducta. Después, de completar los trámites, el cadáver será recogido en estos días por una funeraria.

Lugo y su esposa esperan darle el último adiós a doña Belén a principios de enero, pues tienen que aguardar por la cremación, ya que su tía siempre le decía que si moría fuera cremada. Las exequias serán en la Funeraria Santo Cristo de la Salud en Peñuelas, donde habrá una misa y después las cenizas de doña Belén serán colocadas en un panteón de la familia en el Cementerio Municipal, como era su deseo.

Sobre las causas del fuego que provocó la muerte de la octogenaria, Lugo dijo que no se han esclarecido, que nunca ha recibido información de la Policía ni del Cuerpo de Bomberos. 

“Mi tía no fumaba, sí prendía sus velitas, pero no puedo decir si fue eso”, sostuvo.