En la escuela elemental Luisa Valderrama Ramírez, en Dorado, 240 estudiantes y sus maestras se las arreglan día tras día para funcionar sin energía eléctrica desde el 19 de octubre, cuando el robo de una serie de piezas de cobre de la subestación que los abastece los dejó sin el esencial servicio.

La situación, que ha obligado al plantel a operar en horario alterno de 7:30 a.m. a 12:30 p.m., se complica al considerar que, de acuerdo con los datos ofrecidos por la directora escolar, Johanna Rosado, cerca de una tercera parte de la matrícula pertenece al programa de educación especial.

Rosado denunció que, a pesar de que los actos vandálicos ocurridos fueron parte de una serie de robos similares que acontecieron en otras escuelas del mismo distrito, la Valderrama Ramírez es el único plantel en que no se ha restablecido el servicio eléctrico.

“Desde el primer día se hicieron las gestiones y todos los procesos como Dios manda (pero) se ha dilatado el proceso de compras, de que se dieran las firmas. Aparentemente ya compraron las piezas, pero hasta el momento no se ha puesto a funcionar, no han puesto las piezas y ya usted ve como en los salones no hay mucha claridad”, dijo Rosado, quien recibió a Primera Hora en su improvisada ‘oficina’ en la biblioteca de la escuela, donde se ha tenido que instalar desde el día del robo.

Para funcionar de una forma parecida a la normalidad, la Valderrama Ramírez, que recibe a estudiantes de entre prekínder y quinto grado, ha dependido del sacrificio de maestras, empleados y padres, realizando tareas que van desde buscar la comida a alguna escuela cercana hasta sacar dinero de su bolsillo para comprar abanicos o sacar copias de tareas y documentos administrativos.

Pero a pesar del esfuerzo colectivo, ante la aparente inacción de la Autoridad de Edificios Públicos (AEP), bajo cuya jurisdicción se encuentra la infraestructura del plantel, la frustración ya se ha apoderado de la comunidad escolar.

Los obstáculos son particularmente alarmantes para los alrededor de 80 estudiantes de educación especial, cuyo aprovechamiento académico sufre grandes retrocesos al verse inmersos en un ambiente tan adverso.

(Suministrada)
(Suministrada)

“Mis hijos están registrados en el programa de educación especial. La nena tiene sus condiciones visuales, al punto de que hay que aumentarle las cosas porque no está viendo. Los salones están bien oscuros, y la nena no está dando la talla porque no ve nada, nada. De hecho, junto con la maestra le estamos sacando copias afuera y en mi casa le aumentamos las cosas a ella para que pueda lograr hacer la tarea”, detalló Doris Calderón, madre de dos niños que al momento cursan el segundo grado.

“El nene tiene otras condiciones, sus condiciones son emocionales. Imagínese un niño en su salón normal con luz y todas sus facilidades y comoquiera tiene sus condiciones emocionales, imagínate tratar él de entrar a su salón oscuro … es bien difícil la situación para él. No quiere venir a la escuela”, agregó la madre, al subrayar que el incesante calor “lo saca de control”.

Por su parte, Glenda Negrón, madre de una niña en segundo grado y tía de otra alumna de kínder, lamentó que, bajo las condiciones actuales, la escuela, ubicada en el barrio Higuillar, no pueda ofrecer los servicios acostumbrados de los que se beneficia la comunidad completa.

“Normalmente la biblioteca está abierta hasta las 6:00 de la tarde, y tenía servicio gratuito de Internet, se daban clases, tutorías … y ya nada de eso se puede”, dijo Negrón.

“Toda la rutina se altera. En (escuela) elemental algo que es esencial es tenerles una rutina a esos niños y ahora mismo no se les está brindando de manera correcta”, terció la directora Rosado, quien además manifestó su preocupación ante la falta de un guardia de seguridad nocturno, así como por los problemas de higiene que pudiera provocar un depósito de aguas usadas que no ha podido ser descargado desde hace varias semanas.

Ante la solicitud de una explicación por parte de este medio, el director ejecutivo de la AEP, Josean Nazario Torres, indicó que la Autoridad de Edificios Públicos “es consciente” de la situación de la Escuela Luisa Valderrama en Dorado.

“Desafortunadamente, esa escuela fue víctima de vandalismo y los delincuentes dañaron partes fundamentales del sistema eléctrico. Conjuntamente con la Autoridad de Energía Eléctrica se buscaron alternativas que concluyeron en la necesidad de fabricar las piezas que son de difícil acceso en Puerto Rico. Es una situación prioritaria para nosotros. Nuestros estudiantes merecen un ambiente digno de estudio”, indic?.

“Ya parte del material está listo, en espera de las partes fundamentales. AEP trabaja arduamente en mantener en óptimas condiciones sus facilidades. Instamos a la ciudadanía a alertar a las autoridades en caso de tener pistas sobre el hurto/vandalismo de propiedad pública”, agregó Nazario Torres en declaraciones escritas.

Rosado, sin embargo, no se crea falsas ilusiones.

“Ya cerca de cumplir dos meses (sin electricidad) no han hecho ni la orden de compra para vaciar el depósito (de aguas usadas) porque ‘la luz viene pronto’. El ‘pronto’ es que ya vamos para dos meses”, ironizó la directora.

“Esto tiene un efecto en cadena. Hasta los negocios que están cerca se han afectado, porque la escuela es lo que hace que una comunidad esté viva”, sentenció Rosado.