Sin la necesidad de una “cápsula del tiempo”, en Vega Baja existe un lugar que lo transporta a la época de a mediados del siglo XIX y sirve de punto de encuentro para largas horas de conversación de la historia y cultura de la ciudad del Melao Melao.

Se trata del museo Casa Alonso, ubicado en el casco urbano, entre la calle Betances y la José Julián Acosta. Esta estructura, de la que sus cimientos coinciden con la fundación del municipio en 1776, cuenta con una gran cantidad de mobiliarios y objetos alusivos a la época colonial española.

Un recorrido por la casona de dos plantas y construida en mampostería y madera revela el estilo de vida de las familias adineradas de a mediados del siglo XIX y a principios del siglo XX.

Al entrar por el zaguán, forrado con una alfombra V’Soske, vemos varios galardones otorgados al museo, como el del premio URBE a la Excelencia Arquitectónica. Los escalones que hay que subir para llegar al segundo nivel tienen unos azulejos con diseño de flor pintados a mano en las islas Canarias. Al examinarlos detenidamente, se pueden notar las pinceladas e imperfecciones que hacen que cada pieza sea única.

La antesala recibe a los invitados con un mueble isabelino de medallón. “En Europa, se usaban mucho este tipo de muebles. Allá los utilizaban con cojines, pero acá, en Puerto Rico, para que los insectos no tuvieran dónde esconderse y para que fluyera el aire, se le colocaba la pajilla”, explicó Iván Pagán, administrador del museo, refiriéndose a la sustitución de la rejilla del espaldar por el tejido del país.

A mano derecha, se encuentra una de las habitaciones casi inalterada, que pertenecía a Eloísa Alonso Müller, hija y heredera de Ramón Alonso Dávila, último comprador de la estructura. Allí se preserva la cama de hierro y bronce, un ropero biselado y un tocador con espejo alargado que permitía que las damas se vieran a cuerpo completo.

En la sala, los acentos verdes, cremas y pardos cubren gran parte de las paredes que dan vida a este lugar de reunión y descanso. Los muebles que decoran la sala fueron hechos en la ebanistería Vidal, en Ponce, para el siglo XIX y un fonógrafo de 1912 se exhibe en una de las mesas.

Pasando por la sala, se llega hasta el otro dormitorio que en la actualidad es una sala de exposiciones a la poetisa vegabajeña Trina Padilla de Sanz.

Casi completando el recorrido, llegamos hasta el área de comedor y cocina. La mesa en el comedor lucía más pequeña de lo que cualquiera esperaba ver.

“Este era el tipo de mesas que se expandía. Cuando se recibían las visitas le colocaban unas tablas en el medio para agrandarla. Por eso vemos sillas adicionales en los distintos extremos del comedor”, explicó Pagán.

Precisamente, sobre la mesa se encuentra la vajilla Caribe China, que recientemente fue adquirida por el museo.

“Tenemos 88 piezas de la colección. Ellos (Caribe China) se dedicaban mayormente a la producción comercial. Incluso, sus vajillas se utilizaban en la Organización de las Naciones Unidas”, indicó.

Más importante aún, el valor histórico que posee esta colección, que no representa necesariamente las épocas vividas en la casa Alonso, recae en que la elaboración de dichos productos fue con materiales y manos vegabajeñas.

El museo Casa Alonso abre de martes a sábado, en horario de 9:00 a.m. a 3:00 p.m.