Seúl. Corea del Norte criticó abiertamente el viernes al presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, por seguir adelante con las maniobras militares con Estados Unidos y su visión optimista sobre la diplomacia intercoreana, y afirmó que en la actualidad Pyongyang no tiene planes para dialogar con Seúl.

El comunicado de un portavoz gubernamental no identificado se publicó horas después de que el ejército surcoreano detectó dos nuevos proyectiles norcoreanos lanzados al mar dentro de una exhibición armamentística que buscaría presionar a Washington y Seúl por sus ejercicios conjuntos y por la lentitud de las negociaciones nucleares.

El Norte ignoró recientemente los llamados al diálogo de su vecino del sur, y se cree que intenta aumentar la presión sobre Seúl para que logre grandes concesiones de Washington en su nombre.

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Durante un discurso televisado en la víspera, Moon dijo que el impulso para el diálogo sigue vivo pese a la serie de “acciones preocupantes tomadas recientemente por Corea del Norte”. El dirigente pidió además a Pyongyang que elija la "prosperidad económica por encima de su programa nuclear”.

Según el funcionario norcoreano, portavoz del Comité para la Reunificación Pacífica del País, las palabras de Moon harían reír a “la cabeza hervida de una vaca”.

"Lo que es seguro es que el jefe del ejecutivo de Corea (del Sur) es un hombre divertido que solo lee lo que le escriben sus ayudantes", agregó el comunicado, que no mencionó a Moon por su nombre.

"No tenemos nada (que hablar) más con las autoridades (sur) coreanas ni tenemos ningún (plan) para sentarnos con ellos de nuevo”, dijo el comunicado. Pyongyang dijo recientemente que solo hablaría con Washington, y no con Seúl, y que las conversaciones entre los dos países no se reanudarían a menos que el Sur ofreciese una “excusa creíble” para justificar que siga participando en los ejercicios militares con Estados Unidos.

El Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur dijo que los proyectiles lanzados desde la costa este del Norte recorrieron unos 230 kilómetros (143 millas) con un apogeo de 30 kms (18 millas) antes de aterrizar en el mar entre la península y Japón. Los ejércitos estadounidense y surcoreano estaban estudiando las pruebas, pero por el momento se desconocía si se trató de misiles balísticos o de artillería.

El asesor de Seguridad Nacional Chung Eui-yong presidió una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad Nacional y Moon fue informado de los acontecimientos, explicó su oficina. Seúl pidió al norte que frene los lanzamientos que amenazan con aumentar las tensiones militares en la península.

El Ministerio de Unificación surcoreano, encargado de los asuntos intercoreanos, criticó el comunicado de Pyongyang afirmando que ese tipo de declaraciones no ayudan a los esfuerzos para mejorar sus relaciones.

Los lanzamientos del viernes fueron los sextos desde finales de julio, cuando el Norte aumentó sus demostraciones armamentísticas al tiempo que expresó su frustración por el estancamiento de las negociaciones con Washington y por las maniobras, que considera un ensayo para una invasión.

Entre las armas que probó había un nuevo sistema de cohetes de artillería y lo que según analistas son dos nuevos tipos de sistemas móviles de misiles balísticos de corto alcance que podrían aumentar su capacidad para llegar a objetivos en todo el territorio surcoreano, incluyendo a las bases estadounidenses allí.

Los expertos aseguran que la minimización que hace el presidente Donald Trump de estos ensayos dan pie al Norte para que intensifique sus pruebas y modernice su arsenal de corto alcance mientras busca fortalecer su posición antes de una posible reanudación de las negociaciones, lo que podría ocurrir tras los ejercicios militares, que concluyen a finales de mes.

El Ministerio de Defensa de Japón señaló que los proyectiles norcoreanos no llegaron a sus aguas territoriales ni a su zona económica exclusiva.

La Casa Blanca dijo estar al tanto de los reportes de los lanzamientos y mantenía consultas con Seúl y Tokio.