Londres. Cinco activistas de Greenpeace fueron detenidos el jueves tras una protesta en la que cuatro se subieron al tejado de la casa del primer ministro británico, Rishi Sunak, en el norte de Inglaterra para condenar su apoyo a la expansión de la extracción de petróleo y gas en el mar del Norte.

Una portavoz de la Policía del condado de North Yorkshire ha confirmado el arresto de los cuatro manifestantes que se encaramaron al techo y un quinto aprehendido en los terrenos de la propiedad del jefe del Gobierno británico, en el pueblo de Kirby Sigston, dentro de la circunscripción electoral que él representa.

La organización ecologista indicó en un comunicado que sus afiliados han sido detenidos tras “cinco horas” de protesta pacífica cuando la casa estaba vacía, dado que Sunak, su esposa y sus dos hijas partieron el miércoles de vacaciones a California (Estados Unidos).

Los activistas usaron escaleras y arneses para escalar por la mañana hasta el tejado de la vivienda, valorada en unos 2 millones de libras (2.3 millones de euros), y -una vez arriba- desplegaron una tela de 200 metros cuadrados “de color negro como el petróleo”.

Los manifestantes “han decidido a primera hora de la tarde bajar, después de mantener conversaciones con la Policía”, se señala en la nota.

Un portavoz de Greenpeace, Philip Evans, aseguró que la estrategia estaba calculada para cuando la casa estuviera desierta y argumentó que todos los activistas “están rigurosamente entrenados” para no poner en peligro ni a las personas ni la propiedad.

“Nuestros activistas han bajado, tras haber entregado su mensaje al primer ministro, que está de vacaciones a 5.000 millas de distancia. Es hora de que Sunak decida de qué lado está: de las ganancias de las grandes petroleras o de nuestro futuro en un planeta habitable”, declaró.

Esta era precisamente la leyenda recogida en una pancarta que los manifestantes desplegaron en el jardín, en alusión al reciente anuncio del Gobierno conservador de otorgar más de cien nuevas licencias a empresas para la exploración y posible extracción de combustible fósil del mar del Norte.

Como otras organizaciones y expertos ecologistas, Greenpeace ha criticado que esa medida va en contra de los objetivos contra el cambio climático del propio Gobierno y de las advertencias de sus asesores, de la Agencia Internacional de la Energía y de las advertencias de sus asesores, de la Agencia Internacional de la Energía y de la ONU.