Alza del café golpea más al migrante en EE.UU.
El paquete que hace un par de años costaba $3 ahora ha subido hasta los $13.

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El aumento del precio del café en Estados Unidos provoca un impacto económico en las comunidades latinas, especialmente entre los migrantes cubanos que adquieren este producto tanto para consumo doméstico y para enviar a sus familias.
Los precios minoristas registraron un incremento del 21% en agosto comparado con el mismo período del año anterior, lo que representa la mayor alza interanual desde octubre de 1997.
El café en EE.UU., un mercado dependiente, ocupa el primer lugar en el mundo en importación.
Con una producción interna muy limitada, circunscrita a Hawái y Puerto Rico, el país norteamericano depende casi en su totalidad de la oferta internacional.
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Más del 99% de esta bebida que se consume en el territorio estadounidense proviene del extranjero, según datos de la Asociación Nacional del Café.
De acuerdo con estadísticas de Balance Coffee, el consumo nacional es elevado.
Se estima que los estadounidenses beben alrededor de 146 mil millones de tazas de esta bebida al año.
Casi el 80% de los adultos toma al menos una taza diaria en el hogar, lo que refleja la importancia del producto dentro de la rutina cotidiana y en la economía doméstica.

Los datos revelan que esta bebida tiene un peso particular en la comunidad hispana. El 44% de los latinos en EE.UU. lo consume de forma habitual. Dentro de esta población, los cubanos destacan por su arraigo cultural al café.
Marcas como La Llave, Bustelo y Pilón forman parte de su vida diaria y de sus prácticas de envío de productos a familiares en Cuba, donde el abastecimiento es escaso.
El incremento de precios golpea directamente a estas familias. Hace dos años, un paquete de 453 gramos podía encontrarse por menos de $3; hoy el mismo producto cuesta entre $10 y $13 en establecimientos comerciales.
Migrantes y la dificultad de enviar a Cuba
Para los migrantes cubanos, enviar café a sus familiares en la isla es una costumbre frecuente. Sin embargo, el encarecimiento del producto dificulta mantener esa práctica.
“Antes podía comprar varios paquetes, no solo para mi familia, sino para enviarle a mi mamá en Cuba. Ahora, con estos precios, no sé cómo seguir enviando lo que tanto me pide mi familia”, aseguró María Rodríguez, residente en el sur de la Florida, en una entrevista con el Periódico Cubano.
José Pérez, de Hialeah, expresó que la situación impacta en las familias tanto en EE.UU. como en la isla.
“El gobierno de Trump nos prometió que la inflación se detendría, pero parece que no ha cambiado nada. Todo sigue subiendo”, afirmó.
El aumento de precios se combina con presiones inflacionarias que afectan otros productos básicos y reduce el margen de las familias para sostener gastos adicionales.

Factores detrás del incremento
El encarecimiento responde a una serie de causas globales y locales que se han combinado en los últimos años.
Brasil, el principal proveedor de café para EE.UU., sufrió sequías y heladas que redujeron considerablemente la cosecha. La oferta internacional no alcanzó a cubrir una demanda en ascenso, particularmente en mercados como China.
A estos problemas se suman los mayores costos de producción, el alza en el transporte marítimo, la especulación en los mercados de futuros y los aranceles aplicados por la administración de Donald Trump.
“El precio superará fácilmente el récord a medida que los efectos completos de los aranceles del 50% impuestos a Brasil lleguen a los estantes de las tiendas”, aseguró Diane Swonk, economista jefe de KPMG, a CNN .
Las tarifas impuestas a países productores se trasladan a los consumidores. Grandes compañías como The J.M. Smucker Co., propietaria de Café Bustelo y Folgers, advirtieron que deberán incrementar sus precios por tercera vez en menos de un año.
En Nueva Orleans, algunos locales optaron por añadir recargos del 4% en los pedidos para cubrir el aumento en el costo de la materia prima, aunque cadenas como Starbucks pudieron postergar los ajustes gracias a contratos de compra a largo plazo.
“El impacto de las tarifas se retrasa respecto al mercado, y se espera que los aumentos interanuales del costo del café alcancen su punto máximo en 2026”, explicaron los ejecutivos de Starbucks, según lo retomado por CNN.
De esta manera, tanto los pequeños comercios como las grandes marcas enfrentan el desafío de mantener márgenes de ganancia sin perder clientes, en un contexto en el que el café continúaa como un producto esencial para millones de hogares.