Kiev, Ucrania. Ataques de misiles y proyectiles rusos dejaron a oscuras más localidades pequeñas y medianas y partes de dos ciudades, según dijeron este miércoles las autoridades ucranianas. Los nuevos ataques aumentaron la presión sobre Ucrania y amenazaban con llevar un invierno de penurias a millones de personas.

Desde hace casi dos semanas, Rusia ha lanzado sucesivos ataques con misiles, drones explosivos kamikaze y otras armas contra infraestructura crítica ucraniana, mientras las tropas rusas en tierra se ven forzadas a retroceder.

En Jersón, una de las primeras ciudades ucranianas tomadas por las fuerzas rusas en la invasión iniciada en febrero, las autoridades instauradas por Moscú se preparaban para un ataque ucraniano para retomarla y advirtieron a los vecinos que habría impactos de proyectiles y que evacuaran. Mensajes de texto instaban el miércoles a la gente a marcharse de la ciudad sureña, según la agencia rusa estatal de noticias RIA Novosti.

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Las autoridades prorrusas han dicho que las evacuaciones de territorios ocupados son voluntarias. Pero en muchos casos, las únicas rutas disponibles son a Rusia.

El general Sergei Surovikin, nuevo comandante de la invasión rusa, describió el martes como “muy difícil” la situación de las tropas rusas en la región, en una inusual admisión de la presión que enfrentan las tropas rusas sobre el terreno.

Jersón es una de las cuatro regiones ocupadas parcial o totalmente y que Rusia se anexionó de forma ilegal el mes pasado, en un esfuerzo -ampliamente condenado y rechazado por naciones occidentales- de consolidar el terreno ganado.

Incapaz de mantener todo el territorio que ocupó y lastrada por la pérdida de personal y equipamiento, Rusia ha aumentado sus bombardeos desde el aire.

La campaña de tierra quemada contra centrales eléctricas ucranianas y otra infraestructura clave contrasta con las tácticas del Kremlin en los primeros días de la invasión, cuando los comandantes rusos parecían tratar de evitar instalaciones de servicios que quizá creían que pudieran necesitar más tarde, si no hubieran tenido que retroceder.

El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, tuiteó el martes que casi un tercio de las centrales eléctricas de Ucrania han sido destruidas desde el 10 de octubre y se han producido “apagones masivos” en todo el país.

Más tarde, en su mensaje vespertino en video, volvió a instar a los ucranianos a hacer un “esfuerzo muy consciente” para ahorrar energía, antes de otra noche de ataques contra estaciones eléctricas y otra infraestructura. Zelenskyy aseguró que apagar electrodomésticos y tomar otras medidas para ahorrar energía en las horas de más consumo ayuda “a todo el país”.

Los ataques dejaron sin luz ni agua corriente a zonas de Energodar, dijo el alcalde, Dmytyo Orlov. La ciudad sureña está cerca de la central nuclear de Zaporiyia, una de las principales fuentes de preocupación en la invasión iniciada hace casi ocho meses.

Los misiles causaron daños graves en un centro de energía en la región de Krivói Rog, una ciudad en el surcentro de Ukrania, según el gobernador regional. Varias localidades y un distrito urbano se quedaron sin electricidad.

Varios países occidentales han prometido más sistemas antiaéreos para ayudar a Ucrania a hacer frente a la ofensiva aérea, que ha puesto a prueba la resiliencia que han mostrado los ucranianos desde que comenzó la invasión de Moscú.

Un sistema antiaéreo proporcionado por Alemania se ha desplegado y funciona bien contra los ataques rusos, dijo Zelenskyy.

También dio las gracias a los soldados ucranianos que derribaron misiles y drones de fabricación iraní que iban dirigidos contra instalaciones de energía.

En toda Ucrania, los ataques rusos mataron al menos a seis civiles e hirieron a 16 en las 24 horas previas, indicó el miércoles la oficina del presidente. Las fuerzas rusas atacaron nueve regiones en el sureste de Ucrania con drones, cohetes y artillería pesada, que concentraron en instalaciones energéticas.

Cuatro ciudades sufrieron ataques en torno a la central nuclear de Zaporiyia, la más grande de Europa, con daños en edificios residenciales. En Energodar, donde viven los trabajadores de la planta, había zonas sin luz ni agua.

En la región oriental de Donetsk también continuaron los combates por la ciudad de Bajmut.