Kiev, Ucrania. Varias explosiones atribuidas a misiles golpearon el lunes por la mañana la ciudad occidental de Leópolis, en Ucrania, según testigos, mientras el país se preparaba para una gran ofensiva rusa en el este. Al menos seis personas murieron en la ciudad, que se había librado de la mayor parte de la violencia en los casi dos meses de guerra.

Mientras tanto, el primer ministro ucraniano Denys Shmyhal, prometió pelear “absolutamente hasta el final” en la estratégica Mariúpol. Los últimos defensores de la derruida ciudad portuaria se refugiaban en una enorme planta siderúrgica cruzada por túneles.

Un tren que viaja desde Dnipro pasa por el área donde personal de emergencia limpia los escombros después de un ataque aéreo en un establecimiento de neumáticos en la ciudad occidental de Leópolis, Ucrania, el 18 de abril de 2022.
Un tren que viaja desde Dnipro pasa por el área donde personal de emergencia limpia los escombros después de un ataque aéreo en un establecimiento de neumáticos en la ciudad occidental de Leópolis, Ucrania, el 18 de abril de 2022. (The Associated Press)

Negras y densas columnas de humo se alzaban sobre Leópolis después de varias explosiones atribuidas a misiles, que fueron presenciadas por personal de The Associated Press. Aunque Leópolis y el resto de Ucrania occidental no han sido inmunes a la violencia, se han visto menos afectadas por los combates que otras partes del país, y la ciudad estaba considerada como un refugio relativamente seguro.

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Cuatro misiles rusos dejaron seis muertos y ocho heridos, incluido un niño, en la ciudad occidental ucraniana de Leópolis, según el gobernador de la región, Maksym Kozytskyy.

El alcalde de Leópolis, Andriy Sadovyi, dio una cifra de seis muertos y 11 heridos, incluido un niño.

Analistas militares dicen que Rusia ha aumentado sus ataques a fábricas de armas y otros objetivos de infraestructura en Ucrania para reducir la capacidad del país de resistir a una gran ofensiva por tierra en el Donbás, el corazón industrial en el este del país.

Mientras misiles y cohetes golpeaban varios puntos del país, el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, acusó a los soldados rusos de torturas y secuestros en las zonas que controlan.

La caída de Mariúpol, que ha quedado reducida a escombros tras siete semanas de asedio, daría a Moscú su mayor victoria en la guerra. Pero unos pocos miles de combatientes, según las estimaciones rusas, resistían en la planta metalúrgica de Azovstal, un complejo de 11 kilómetros cuadrados (4 millas cuadradas).

“Pelearemos absolutamente hasta el final, hasta el triunfo, en esta guerra”, declaró el primer ministro ucraniano Denys Shmyhal al programa “This Week” de ABC. Señaló que Ucrania está preparada para ponerle fin al conflicto mediante la diplomacia de ser posible, “pero no tenemos intención de rendirnos”.

Muchos civiles de Mariúpol, incluidos niños, se refugian también en la planta de Azovstal, dijo Mikhail Vershinin, responsable de la policía municipal, a la televisión de Mariúpol. Dijo que se guarnecían de los proyectiles y los soldados rusos.

Capturar la ciudad en el Mar de Azov liberaría tropas rusas para una nueva ofensiva que intentará tomar el control de la región del Donbás, en el este industrial de Ucrania. Rusia también se aseguraría una conexión terrestre con la Península de Crimea, que se anexionó de Ucrania en 2014, además de privar a Ucrania de un puerto importante y valiosos activos industriales.

Rusia está decidida a capturar el Donbás, donde separatistas con apoyo de Moscú ya controlan parte del territorio, después de que fracasara su intento de tomar la capital, Kiev.

“Hacemos todo lo que podemos para garantizar la defensa” del este de Ucrania, dijo Zelenskyy en su mensaje de cada noche a la nación.

En cuanto a la asediada Mariúpol, parecía haber pocas esperanzas de un rescate militar inminente de fuerzas ucranianas. El ministro de Exteriores, Dmytro Kuleba, dijo el domingo al programa “Face the Nation” de CBS que las tropas y civiles ucranianos que quedan están básicamente rodeados. Señaló que “continúan su lucha”, pero que en la práctica la ciudad ya no existe debido a la destrucción.

El constante bombardeo y los combates callejeros en Mariúpol han matado al menos a 21,000 personas, según estimaciones ucranianas. Un hospital de maternidad fue alcanzado por un letal ataque aéreo ruso en las primeras semanas de la guerra, y unas 300 personas murieron, según reportes, en el ataque a un teatro donde se habían refugiado civiles.

Se estima que 100,000 personas permanecen en la ciudad, donde antes vivían 450,000, atrapadas sin comida, agua, calefacción ni electricidad.