Sídney. Varios estados australianos anunciaron hoy un relajamiento de las medidas de contención de la covid-19 ante la aparente remisión de la pandemia, sin apenas contagios comunitarios ni muertes por la enfermedad en las últimas semanas.

En Victoria, el estado más afectado del país desde que se desató la pandemia, la población ya no estará obligada a llevar mascarilla en la calle, aunque seguirá siendo obligatoria en lugares públicos cerrados, después de 23 días sin nuevos contagios comunitarios.

El primer ministro de este estado, Daniel Andrews, anunció hoy que esta medida entrará en vigor a partir de mañana lunes, acompañada de otras como permitir hasta 15 invitados por vivienda cada día (hasta ahora eran dos), la autorización para reuniones más numerosas en iglesias, centros deportivos y recreativos, bares, restaurantes y cines.

“Aunque estas normas supongan cambios importantes, el virus no se ha ido. El mensaje clave es que los victorianos han hecho un gran trabajo y construyen algo muy preciado. Pero es frágil”, dijo Andrews en declaraciones recogidas por el canal de televisión ABC.

Melbourne, la ciudad más poblada de Victoria, salió hace dos semanas de un estricto confinamiento de tres meses, provocado por los supuestos fallos en los centros de cuarentena.

Los habitantes de este estado podrán también a partir del lunes cruzar a la vecina Nueva Gales del Sur, cuyo gobierno anunció hoy las restricciones de movimiento a otros estados, en vigor desde hace tres meses.

Esta medida irá acompañada de un aumento de los vuelos comerciales, incluida la conexión entre Melbourne y Sídney, ciudades más importantes de sendos estados.

En Australia del Sur, el estricto confinamiento en vigor desde el miércoles por la noche terminó ayer después de la aparición de un brote que ha generado 26 casos en la última semana.

La Policía de este estado está investigando a un ciudadano español positivo por covid-19 que mintió a los rastreadores que trataban de averiguar el origen del brote en la ciudad de Adelaida.

El ciudadano de 36 años, cuyo visado caduca en diciembre y cuya identidad no ha sido revelada, es empleado de un hotel en el que hace una semana se detectó un brote de coronavirus, pero mintió a los investigadores al ocultar que era también trabajador de una pizzería en la misma ciudad.

Las autoridades creían que el investigado se había contagiado de covid-19 al comprar una pizza en el restaurante, pero descubrieron que en realidad trabajaba allí como ayudante de cocina, además de ser vigilante de seguridad en el hotel en el que se detectó el brote.

Con más de 25 millones de habitantes, Australia acumula 27.807 casos de covid-19 y 907 fallecidos, de los cuales 20.345 contagios y 819 fallecidos corresponden al estado de Victoria, que fue el epicentro de la segunda ola de coronavirus.