Sídney. Las autoridades de Australia anunciaron este sábado cuatro nuevos fallecidos por COVID-19, por lo que el número de muertos con esta enfermedad se sitúa en 201 en todo el país desde el inicio de la pandemia.

El país oceánico, que gestionó con acierto la primera ola de contagios, afronta desde principios de julio un incremento de casos concentrados en su mayoría en el sureño estado Victoria, que impuso una segunda cuarentena en las ciudades de Melbourne y Mitchell.

El jefe del gobierno regional de Victoria, Daniel Andrews, indicó en rueda de prensa que en las últimas 24 horas se han confirmado las muertes de tres personas y 397 contagios en su territorio.

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En toda Victoria se impuso el uso obligatorio de mascarillas, sin embargo, parte de la población se salta la norma e incluso algunos infectados han vulnerado el aislamiento impuesto por las autoridades.

"Creo que la gente en el fondo conoce y entiende las reglas. Todos tenemos que tomar mejores decisiones", apuntó Andrews, que advirtió de la posibilidad de implementar medidas más duras en toda la región, que el jueves registró 723 casos, incluidos 13 fallecimientos.

Los casos en Victoria suponen alrededor del 60% de los 17,300 contagios de COVID-19 detectados en todo el país desde el inicio de la pandemia.

En el vecino estado de Nueva Gales del Sur, que mantiene cerrada la frontera interna con Victoria, también se confirmaron este sábado 17 nuevos casos y una víctima mortal, la primera en más de un mes en ese territorio.