
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 17 años.
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Bombay.- Fuerzas indias ejecutaron el sábado a los últimos milicianos parapetados en un hotel de lujo en Bombay terminando con una serie de ataques realizados por presuntos milicianos islamistas que se prolongaron por 60 horas en la capital financiera de India provocando la muerte de 150 personas.
Una parte del hotel Taj Mahal, de 400 habitaciones, ardió en llamas el sábado por la mañana.
Las llamas envolvieron una esquina del hotel una columna de humo negro salía de las ventanas, en medio de un intenso tiroteo, horas después de que los comandos de elite recobraran un centro judío en el que encontraron seis rehenes muertos.
"La operación del Taj ha concluido. Los últimos dos terroristas resguardados ahí han sido muertos", dijo a The Associated Press el jefe de la policía de Bombay Hasan Ghafoor.
J.K. Dutt, el director general de la unidad de comando de la Guardia Nacional de Elite dijo a los reporteros que las fuerzas de seguridad continuarían registrando el hotel.
Más de 150 personas murieron y varios cientos resultaron heridos en los ataques que comenzaron cuando más de una decena de asaltantes atacaron 10 sitios de Bombay la noche del miércoles. Entre las personas fallecidas por lo menos 15 eran extranjeros.
Tras el fin de la resistencia la atención se dirigió de la operación militar a conocer quién era el responsable de los ataques.
Los cadáveres del rabino Gavriel Noach Holtzberg de Nueva York y su esposa, Rivkah, se encontraron en el centro judío. Moshe, de dos años, fue rescatado por una empleada que escapó del edificio el jueves.
Las autoridades aún no han identificado a los responsables del ataque sin precedentes, pero los funcionarios indios han señalado a Pakistán, su rival al otro lado de la frontera, mientras que los líderes pakistaníes han prometido cooperar con la investigación. Un equipo de agentes de la FBI se dirigiría a India para investigar los ataques.
El viernes, los comandos eliminaron a los dos últimos hombres armados dentro del lujoso hotel Oberoi donde encontraron 24 cadáveres, informaron las autoridades. Decenas de personas, incluyendo un hombre que llevaba a un bebé y 20 tripulantes de una aerolínea, fueron evacuados del Oberoi horas antes.
Los enfrentamientos alcanzaron su cuarto día el sábado. Horas de disparos intermitentes y explosiones se suscitaron en el hotel Taj Mahal, a pesar de que las autoridades informaron que habían retirado a todos los rebeldes la noche anterior.
Al amanecer las fuerzas indias comenzaron a lanzar granadas al salón de baile del edificio, donde las autoridades creían que uno o dos rebeldes se encontraban. Se trató de uno de los peores ataques terroristas en la historia de India.
Para la tarde del viernes al menos nueve atacantes habían muerto y uno estaba arrestado, dijo R. Patil, alto funcionario del estado de Maharashtra, cuya capital es Bombay.
En uno de los contraataques más dramáticos, comandos indios descendieron de un helicóptero al techo del centro del Jabad Lubavitch, mientras un grupo de francotiradores los protegían.
Casi 12 horas después de comenzar la batalla, las fuerzas indias abandonaron el edificio entre los vítores de la multitud.
Pero dentro del centro sólo encontraron una escena trágica.
El ministro de Defensa israelí Ehud Barak declaró a la televisora Canal 1 de Israel que se habían encontrado los cadáveres de tres hombres y tres mujeres en el edificio. Algunas víctimas tenían heridas, agregó Barak. "Fue una situación difícil", dijo.
Los medios locales reportaron que dos de los atacantes fueron hallados muertos en el edificio, según informes militares.
Además de los fallecidos en el centro judío las autoridades locales informaron de la muerte de ciudadanos de Australia, Alemania, Canadá, España, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, Singapur y un hombre con nacionalidad británica y grecochipriota.
Las autoridades intentaban descubrir quién había perpetrado los ataques, adjudicados por un grupo previamente desconocido que se autodefinió como Deccan Mujahideen.
Los atacantes iban bien preparados, al parecer exploraron algunos de sus objetivos previamente y llevaban consigo incluso bolsas de almendras para consumir un alimento que les proporcionara energía para resistir el asalto. En una de sus mochilas se encontraron 400 municiones.
Andreina Varagona de Nashville, Tenesí, recibió disparos en la pierna derecha y el brazo derecho mientras cenaba en el hotel Oberoi. Señaló que casi no hubo tiempo para escapar.
"En dos minutos nos tenían controlados", dijo. Varagona vio una decena de cuerpos en el piso, se arrastró entre los cadáveres hasta la cocina donde los empleados del restaurante se habían escondido. La recogieron y la llevaron fuera del hotel.
El primer ministro Manmohan Singh culpó a "fuerzas externas" de la violencia — expresión utilizada en ocasiones para referirse a los islamistas paquistaníes, a quienes las autoridades indias culpan con frecuencia de los ataques.
El viernes, el canciller indio endureció esas acusaciones.
"Según la información preliminar, algunos elementos en Pakistán son responsables de los ataques terroristas de Bombay", dijo Pranab Mujeryi a los periodistas en la ciudad occidental de Jodhpur.
"Las pruebas no pueden ser mencionadas en este momento", agregó, e indicó que Pakistán aseguró al gobierno de Nueva Delhi que no permitirá que su territorio sea utilizado para atacar a India. Las autoridades indias acusan desde hace tiempo a Islamabad de permitir la presencia en su suelo de grupos extremistas musulmanes, especialmente los que combaten en la disputada zona fronteriza de Cachemira. Los cautelosos comentarios de Mujeryi parecen indicar que acusó a los grupos basados en Pakistán por los ataques, no a Islamabad.
Pakistán niega desde hace tiempo esas acusaciones.
Horas antes, el ministro de Defensa de Pakistán Ahmed Mukhtar negó en Islamabad que su país tuviera relación alguna con los ataques. "Quiero indicar de forma categórica que Pakistán no está mezclado en estos cruentos incidentes".
El presidente electo Barack Obama dijo estar al tanto de la situación. "Esos terroristas no derrotarán la gran democracia de India, ni debilitarán la voluntad de una coalción mundial para derrotarlos" señaló en un comunicado.