Bangladesh celebró este jueves la llegada del año nuevo bengalí, el 1429 según su calendario, en medio de festividades y coloridas actividades tras dos años de festejos frustrados debido a las restricciones por la pandemia de la covid-19.

Unas celebraciones que no pudieron llevarse a cabo en 2020 y 2021, cuando las autoridades prohibieron las reuniones masivas para detener los contagios por coronavirus.

REGRESO DEL AMBIENTE FESTIVO

Este año marca por tanto el regreso del ambiente festivo a las calles de Bangladesh, aunque las autoridades ordenaron concluir las celebraciones al aire libre a las 14.0 horas y pidieron que no se usaran máscaras festivas para evitar amenazas de seguridad y mantener la santidad del Ramadán en este país de mayoría musulmana.

Para aprovechar al máximo el escaso tiempo disponible, la gente acudió ya desde primera hora de la mañana al campus de la Universidad de Dacca, uno de los principales lugares de encuentro, para festejar por fin el cambio de año.

Las celebraciones del Pahela Baishakh o primer día del año nuevo bengalí consisten en coloridas procesiones, canciones y ferias, y muchos programas culturales que se alargan hasta altas horas de la noche y congregan a todo tipo de personas, independientemente de su edad, religión y etnia.

“Este es el único festival secular en Bangladesh donde musulmanes e hindúes pueden unirse. Ningún otro festival es tan importante como este en nuestra vida nacional”, dijo a Efe Arun Bal, que acompañado por su hijo observaba los festejos desde la distancia.

Tradicionalmente, las actividades comienzan temprano en la mañana, encabezadas por la organización cultural Chhayanaut, que interpreta canciones y poemas en el parque Ramna de la capital.

Tras el parón forzado en 2020 y 2021, esta organización volvió a ser la encargada de animar el ambiente desde el amanecer, cuando sus artistas dieron la bienvenida al primer día del año interpretando una canción popular del premio Nobel de literatura bengalí, Rabindranath Tagore.

MENOS AFLUENCIA QUE EN AÑOS PASADOS

Sin embargo, el número de presentes en los festejos “fue menor que en el pasado” dijo a Efe otro de los presentes, Ekush Tapadar, quien atribuyó el descenso de afluencia a “preocupaciones de seguridad y al Ramadán”.

Pese a que la situación sanitaria en Bangladesh es mucho más positiva que en los dos últimos años, sin superar el centenar de casos diarios en abril y con tan solo dos fallecimientos por la covid-19 este mes, expertos de la salud advirtieron que aún está por llegar el momento de sentirse completamente seguro.

“Debemos seguir alentando a las personas a lavarse las manos regularmente y usar máscaras porque tienen otros beneficios para la salud. La situación del covid puede haberse aliviado, pero no debemos olvidar que no se ha ido por completo”, recomendó el virólogo Nazrul Islam.

Una precaución compartida por el ministro del Interior, Asaduzzaman Khan, quien advirtió el miércoles a la población que debían reducir las celebraciones ya que el coronavirus no ha desaparecido por completo, pese a que el Gobierno levantó todas las restricciones el pasado 22 de febrero.

Y es que a pesar de las restricciones policiales y el temor al covid, las autoridades saben de las dificultades para controlar las celebraciones en un país ansioso por dejar atrás dos años en los que no festejaron el año nuevo.