Washington. En sus primeros seis meses en el poder, el presidente estadounidense Joe Biden no ha demostrado ninguna prisa por cumplir su promesa electoral de reiniciar el deshielo con Cuba y ha dado en cambio señales de que su política hacia la isla será más dura de lo esperado.

Las inéditas protestas antigubernamentales de la semana pasada en Cuba han obligado a Biden a dar pistas sobre su política hacia la isla, que su equipo había relegado a un segundo plano para centrarse en retos como los de China, Irán o Afganistán.

Aunque Biden prometió durante la campaña electoral que “volvería” a la política de acercamiento lanzada por el expresidente Barack Obama, en los últimos meses ha insinuado que no planea deshacer por completo la política de mano dura impulsada por su predecesor, Donald Trump.

“Hay una serie de cosas que yo consideraría hacer para ayudar al pueblo de Cuba, pero eso requeriría una circunstancia diferente o una garantía de que el Gobierno no se aprovecharía de ellas”, dijo Biden el jueves en una rueda de prensa.

Siguen detenidas las remesas

La Casa Blanca revisa todavía su política hacia Cuba y está pendiente de anunciar cambios, pero durante esa misma rueda de prensa Biden ya dejó caer un claro indicio de que sus medidas no serán las de Obama.

El mandatario descartó restablecer a corto plazo la posibilidad de enviar remesas desde Estados Unidos a Cuba, restringida desde noviembre pasado, por temor a que “el Gobierno cubano” pueda “confiscarlas”.

Ese argumento es parecido al que articuló el equipo de Trump, cuyas medidas buscaron cortar el flujo de ingresos a los servicios militares, de inteligencia y de seguridad de Cuba, y apretaron el yugo al sector turístico de la isla.

Según expertos consultados por Efe, la reticencia de Biden a deshacer las medidas de Trump tiene que ver con su preocupación por el impacto que eso pueda tener en los resultados de su partido en Florida en las elecciones legislativas de noviembre de 2022.

La clave: Florida y el 2022

Biden quiere ampliar -o al menos mantener- la estrecha minoría que ahora tienen los demócratas en ambas cámaras del Congreso de EE.UU. y le gustaría jugar con ventaja en el estado clave de Florida, que él perdió en las elecciones presidenciales.

Lo paradójico es que “levantar las restricciones al envío de las remesas sería una medida popular entre los estadounidenses de origen cubano en Florida”, dijo a Efe un experto en Cuba y profesor emérito en la American University de Washington, Philip Brenner.

Para ese analista, es “vergonzoso” que Biden haya descartado por ahora reanudar el envío de remesas, una medida que considera crucial para “apoyar realmente al pueblo cubano” y ayudarles a salir de la profunda crisis económica y sanitaria que vive la isla.

El presidente también ha dado pábulo a las peticiones del gobernador republicano de Florida, Ron DeSantis, al asegurar que está evaluando si Estados Unidos tiene “la capacidad tecnológica de restaurar el acceso” al internet móvil en la isla, como le ha reclamado el político conservador.