
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 16 años.
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Washington.- El presidente saliente de EE.UU., George W. Bush, advirtió hoy, en su último discurso radiofónico, que el mayor peligro para el país sigue siendo el sufrir otro atentado terrorista, por lo que, dijo, no se debe "bajar jamás la guardia".
En su tradicional alocución de los sábados, Bush, quien abandonará en tres días su cargo tras ocho años en el poder, aseguró que EE.UU. "está ahora más seguro" que hace siete años, cuando ocurrieron los trágicos atentados del 11-S en Nueva York, Washington y Pensilvania, en los que murieron casi 3,000 personas.
Pese a ello, destacó, "la amenaza más seria (...) sigue siendo otro atentado terrorista", ya que, advirtió, los "enemigos son pacientes y están decididos a atacar de nuevo".
En opinión de Bush, EE.UU. "no hizo nada para buscar o merecerse este conflicto", que derivó en su enfática lucha contra el terror, batalla que el presidente saliente, como ningún otro antes de él, ha abanderado en este país y también en el exterior.
Bush dijo que a raíz de los atentados del 11 de septiembre de 2001 (11-S), a EE.UU. se le han dado "responsabilidades solemnes".
"Debemos resistir la auto complacencia. Debemos mantener nuestra determinación. Y jamás debemos bajar la guardia", insistió Bush, en un claro mensaje al próximo presidente, Barack Obama.
Entre sus recomendaciones al próximo Gobierno de EE.UU. también figura el consejo de "rechazar el aislacionismo y su compañero, el proteccionismo, dado que retirarse o refugiarse tras las fronteras sólo invitará al peligro", recalcó.
Este mensaje puede aplicarse tanto a la lucha contra el terrorismo como a su temor de que el proteccionismo estrangule al libre mercado, en un entorno de profunda crisis económica.
"En el siglo XXI, la seguridad y la prosperidad en casa dependen de la expansión de la libertad en el extranjero. Si Estados Unidos no encabeza esta causa, no tendrá ningún liderazgo" en el mundo, aseveró Bush.
En un claro deseo de que Obama comparta su visión sobre el bien y el mal, el presidente saliente afirmó que EE.UU. debe mantener su fortaleza moral en la lucha contra el terror y la tiranía.
"El bien y el mal existen en el mundo y entre los dos no puede haber ningún compromiso. Asesinar a los inocentes para difundir una ideología siempre está mal, en cualquier parte del mundo", dijo.
Por contra, agregó, "liberar a los pueblos de la opresión y de la desesperación siempre es y será lo correcto".
"Esta nación debe continuar abogando por la justicia y la verdad. Siempre debemos estar dispuestos a actuar en su defensa y avanzar en la causa de la paz", subrayó Bush.
El mandatario saliente de EE.UU. afirmó que el haber sido presidente de los estadounidenses "ha sido un honor increíble" para él, y agradeció a los ciudadanos sus "palabras amables y oraciones generosas", y a los soldados su "valentía y devoción" por el país.
En su alocución radiofónica, prácticamente idéntica a la que pronunció el jueves por televisión, Bush también reconoció errores, al señalar que hay "cosas que haría de manera diferente si pudiera".
No obstante, explicó que "siempre" ha actuado teniendo en cuenta lo que más convenía a EE.UU. y de acuerdo con su conciencia.
"Es posible que ustedes no estén de acuerdo con algunas decisiones difíciles que he tomado. Pero espero que estén de acuerdo en que estuve dispuesto a tomar decisiones difíciles", apuntó.
Bush recordó cómo, hace ocho años, en una mañana fría de enero, se paró en los escalones del Capitolio, puso su mano sobre la biblia y juró defender a los estadounidenses y a la Constitución de EE.UU.
"Ese día hablé de la gran historia de coraje de nuestra nación y de su sencillo sueño de dignidad. La próxima semana mi mandato llegará a su fin, pero esa historia y ese sueño continuarán", con el próximo presidente, aseguró.
En este sentido, Bush transmitió a Obama, a su esposa, Michelle, y a sus dos hijas, Malia y Sasha, "sus mejores deseos" y los de la primera dama, Laura Bush.