Cerca de 100,000 personas se han bañado en el río Sena a su paso por París este verano desde que se abrió esta posibilidad el 5 de julio, por primera vez tras 102 años en que eso había estado prohibido por la mala calidad del agua.

La cifra la ha dado la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, en un mensaje en su cuenta de Instagram en el que ha anunciado que la operación en las tres áreas habilitadas se prolongará en septiembre, más allá de lo que estaba inicialmente previsto.

En concreto, será posible zambullirse en el espacio de Grenelle, cerca de la torre Eiffel, hasta el 7 de septiembre y en el de Bercy hasta el 14 de septiembre. Además, en este último también volverá a ser posible el fin de semana del 20 y el 21 de septiembre.

“Una excelente noticia para todas y todos los que han hecho (del baño) su cita del verano y una última ocasión para las y los que no han tenido todavía la oportunidad de bañarse”, ha destacado Hidalgo.

La Prefectura de Policía había dado autorización para bañarse en las tres zonas acotadas (Grenelle, Bercy y Bras Marie) hasta el 31 de agosto; y también es posible bañarse en los canales de París en la Villette y en los Récollets el 6 y el 7 de septiembre.

La Agencia Regional de Sanidad había señalado hace menos de una semana que no se tenía constancia de “ningún acontecimiento indeseable grave de carácter infeccioso” entre los bañistas.

Desde el comienzo de la temporada se ha activado un dispositivo de vigilancia del agua que combina análisis bacteriológicos con medidas a tiempo real.

A partir de esos análisis, varios días se decidió prohibir el baño, en algunos casos con carácter preventivo aunque la calidad del agua se consideraba apta.

De hecho, este jueves se ha cerrado excepcionalmente el área de Grenelle porque se habían detectado unas manchas de hidrocarburos.

Con ocasión de los Juegos Olímpicos de 2024, se hicieron una serie de obras para mejorar la calidad del agua del Sena a su paso por París en las que se invirtieron 1,400 millones de euros, en particular desagües que iban directos al río o que eran defectuosos y depósitos de almacenamiento de agua en caso de lluvias intensas.

En este último caso, el problema es que cuando el volumen de agua de lluvia es muy grande en un corto espacio de tiempo, las cloacas tienen unos aliviaderos que envían parte de ese agua al Sena, sin pasar por las depuradoras y contaminan el río.

Ese riesgo se puede limitar con los embalses de almacenamiento adicionales.