Bangkok. Entre decenas y centenares de personas, según las fuentes, podrían haber muerto en el depauperado oeste de Birmania por el impacto del ciclón Mocha, que ha dejado “un sendero de devastación”, según la ONU, tras tocar tierra el domingo entre la costa sur de Bangladesh y la vecina Birmania.

La Oficina para la Coordinación de Ayuda Humanitaria de la ONU (OCHA) define el ciclón en un comunicado como uno de los más fuertes que jamás han golpeado Birmania, con la ciudad de Sittwe, capital del estado occidental de Rakháin, hogar de unas 150,000 personas, como la más afectada.

La interrupción parcial de las comunicaciones debido al impacto de Mocha hace difícil conocer con precisión los daños causados por el ciclón en una zona que es especialmente desatendida en el país, hogar de cientos de miles de miembros de la minoría musulmana rohinyá, perseguida por el Ejército birmano.

Además de en Rakháin, alrededor de un millón de rohinyás, víctimas de una campaña de persecución que la ONU investiga por posible genocidio, reside en campos de refugiados en el vecino Bangladesh, que en principio no han sido especialmente afectados por el ciclón.

Los daños parecen concentrarse en Rakháin, donde el portal de noticias Myanmar Now informa de 22 rohinyás fallecidos, mientras medios locales como Western News elevan la cifra hasta 400 miembros de esta minoría no reconocida por Birmania, según un comentario publicado en su cuenta de Facebook.

La oenegé Partners Relief & Development, que opera en la zona, también se hace eco de “centenares” de fallecidos en su cuenta de Twitter, pero subraya que “los detalles específicos continuarán emergiendo mientras más zonas recuperan la conexión telefónica”.

OCHA, por su parte, alerta de que las comunicaciones con sus socios en la zona han sido “parcialmente restauradas”, pero que aún continúan limitadas debido a los daños causados a las torres de telecomunicación, con los generadores como la única fuente de electricidad para muchas personas.

Esta agencia de la ONU indica que Sittwe está prácticamente destruido, con “apenas” unas pocas casas en pie, y que muchas de las precarias construcciones de bambú donde viven 1.2 millones de desplazados han quedado devastadas.

Ya antes del impacto del ciclón, OCHA asegura que unos 6 millones de personas de esa zona se encontraban en necesidad de asistencia humanitaria.

Por su parte, el diario oficial The Global New Light of Myanmar, controlado por los militares que dieron un golpe de Estado el 1 de febrero de 2021 en Birmania, sumiendo al país en una espiral de violencia y semianarquía, indica que 17 localidades de Rakháin han sido declaradas zonas afectadas por un desastre natural.

El rotativo, controlado por los mismos militares acusados de perseguir a los rohinyá, no informa sobre fallecidos, y asegura que el jefe del régimen militar, Min Aung Hlaing, se desplazó a la zona devastada el lunes para dirigir las operaciones de rescate.

El ciclón Mocha tocó tierra el domingo entre la costa sur de Bangladesh y el oeste de la vecina Birmania, con vientos sostenidos de más de 150 kilómetros por hora, la mayor tormenta que ha sacudido la bahía de Bengala en más de una década.

Antes de que la tormenta tocara tierra, alrededor de 400,000 personas fueron evacuadas a refugios, instalaciones gubernamentales y escuelas entre Birmania y Bangladesh.