París. Cientos de parisienses y turistas rezaron este martes en vigilia frente a la catedral de Notre Dame, un día después del impresionante incendio que destruyó buena parte de la cubierta del templo gótico.

Los rezos y cánticos, de carácter religioso, se sucedieron en un ambiente de silencio y respeto en una zona aledaña a la isla fluvial del río Sena en la que fue erigida la catedral en el siglo XII.

En vísperas de la Semana Santa, en la que tradicionalmente Notre Dame se vestía de gala para acoger los oficios de la Pascua, los actos, espontáneos, tuvieron un carácter religioso.

Cientos de parisienses se congregaron un día después que se incendiara.

Mientras se sucedía esa vigilia, se conoció que el gallo que culminaba la aguja de la catedral, que se derrumbó en el incendio, fue encontrado entre los escombros.

Esa figura de plomo era una de las partes que tenía que ser restaurada en los trabajos de renovación en los que las autoridades sospechan que surgió el incendio.

Lo que quedó en pie fue la ennegrecida estructura del monumento inmortalizado por Víctor Hugo en una novela en 1831, que sobrevivió a casi 900 años de tumultuosa historia de Francia.

En el interior de la figura del gallo se encuentran los restos de las reliquias de Santa Genoveva y San Denís, así como una parte de la corona de espinas que los soldados romanos colocaron a Cristo en su calvario hacia la cruz.

Tampoco se vieron afectadas las doce esculturas de plomo que rodeaban la aguja, entre ellas, las representaciones de los doce apóstoles.

Un enorme fuego se desató en la emblemática estructura parisina.

Esas figuras, instaladas durante la amplia renovación del siglo XIX, habían sido extraídas en las últimas semanas para ser restauradas, lo que les salvó de las llamas.