El anestesiólogo francés Frédéric Péchier, de 53 años, fue condenado a cadena perpetua por envenenar deliberadamente a pacientes durante intervenciones quirúrgicas en dos centros de salud de Besançon, en el este de Francia.

La sentencia se dictó tras un juicio iniciado en septiembre y puso fin a una investigación que se extendió durante siete años. Los hechos ocurrieron entre 2008 y 2017, período en el que se registraron paros cardíacos en circunstancias consideradas anómalas.

El tribunal determinó que 30 pacientes sufrieron episodios críticos inducidos de forma intencional. Doce de ellos murieron.

Entre las víctimas se encontraba un niño de 4 años que falleció durante una amigdalectomía, mientras que la persona de mayor edad tenía 89 años.

Durante la lectura del fallo, la presidenta del tribunal de Besançon, Delphine Thibierge, anunció: “Serán arrestados inmediatamente”. Péchier y otros acusados habían permanecido en libertad bajo supervisión judicial durante más de tres meses de audiencias y escucharon la sentencia sin manifestar reacción visible.

La familia del anestesiólogo asistió a la audiencia final. Tras conocerse los primeros veredictos de culpabilidad, sus hijas abandonaron la sala entre lágrimas.

El tribunal respaldó el planteamiento del Ministerio Público, que había solicitado la pena máxima y lo describió como “uno de los mayores criminales de la historia por haber utilizado la medicina para matar”. Además de la cadena perpetua, se impuso una inhabilitación de 22 años sin posibilidad de libertad condicional. La defensa anunció que apelará la resolución.

Un caso calificado como “sin precedentes” en Francia

La causa se reactivó en 2017, cuando una mujer de 36 años sufrió un paro cardíaco inesperado durante una operación. A partir de ese episodio, las sospechas se concentraron en Péchier. De un total de 70 expedientes revisados, el tribunal consideró probados 30 casos ocurridos en la Clínica Saint-Vincent y en la Policlínica Franche-Comté.

Según la acusación, el médico habría alterado bolsas de anestesia utilizadas por otros profesionales para generar situaciones de emergencia y así intervenir en la reanimación. El fiscal Étienne Manteaux señaló: “Se le acusa de envenenar a pacientes sanos para perjudicar a colegas con los que tenía conflictos”. También destacó que “Péchier fue el primero en reaccionar cuando se produjo un paro cardíaco”.

Amandine Iehlen, cuya familia fue una de las afectadas, afirmó: “He esperado esto durante 17 años”. Su padre murió a los 53 años tras una cirugía renal en 2008, y la autopsia detectó una sobredosis de lidocaína.

El fiscal definió el proceso como “sin precedentes en la historia judicial francesa”, en un contexto marcado además por otros casos recientes que sacudieron al sistema sanitario del país, como la condena del excirujano Joël Le Scouarnec a 20 años de prisión por abusos sexuales cometidos entre 1989 y 2014.