
Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 16 años.
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La Habana.- Cuba y Estados Unidos iniciaron hoy conversaciones para restablecer servicio directo de correo, un paso modesto, pero positivo que corona una semana de amargas recriminaciones por la extensión del embargo comercial de Washington a la isla.
Una delegación encabezada por Bisa Williams, subsecretaria de estado adjunta para el Hemisferio Occidental, viajó a La Habana para las negociaciones.
Fue la primera vez que funcionarios del Departamento de Estado viajan a Cuba para conversaciones desde finales del 2002, dijo Gloria Berbena, portavoz de la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana.
Representantes del servicio postal estadounidense estaban presentes.
El gobierno cubano no hizo declaraciones de inmediato, ni confirmó si se realizaban las conversaciones.
El correo directo entre los dos países fue suspendido en agosto de 1963, un año después de la imposición del embargo por Washington. Las cartas entre los dos países llegan a su destino eventualmente y con un poco de suerte pero deben pasar primero por un tercer país.
Estados Unidos propuso inicialmente restablecer el correo directo en 1999, y repitió la propuesta en el 2001, el 2002 y el 2008. Cuba aceptó en mayo, y formalizó su oferta de ser anfitriona de las conversaciones cuando representantes de ambas partes se reunieron a los márgenes de conversaciones bilaterales de migración en junio en Nueva York.
Berbena dijo que las conversaciones tomarían todo el día y se limitarían al servicio de correos. Dijo que el gobierno del presidente Barack Obama considera las negociaciones “una avenida potencial para el mejoramiento de la comunicación entre los pueblos de los dos países”.
Esos fueron raros comentarios positivos en una semana de fricciones y rechazos que ha destrozado esperanzas de un avance significativo en las relaciones en un futuro cercano.
El lunes, Obama firmó una medida que extendió el embargo comercial por otro año. La medida fue simbólica, pues solamente el Congreso puede anular legalmente las sanciones.
Pero algunos esperaban que el presidente se abstuviese de firmarla lo que hubiera enviado una poderosa señal de que es tiempo de un nuevo debate sobre las relaciones bilaterales.
Dos días más tarde, el canciller Bruno Rodríguez demandó que Washington eliminase el embargo sin esperar algo a cambio, y dijo que su país no haría concesiones de ningún tipo.
Funcionarios estadounidenses han dicho que quisieran ver que el gobierno cubano acepte algunos cambios políticos, económicos y sociales. Pero Rodríguez dijo que su país no estaba obligado a complacer a Washington.