Tokio. El crucero Diamond Princess, amarrado desde principios de febrero en el puerto de Yokohama tras verse afectado por un brote de COVID-19, levó anclas hoy y se desplazó a un embarcadero privado tras concluir las labores de desinfección.

El navío abandonó el muelle de la ciudad portuaria situada al sur de Tokio tras cerca de 50 días atracado y navegó hasta otro privado a unos 30 minutos de distancia donde, después de haber sido desinfectado, se reemplazarán los colchones en todos los camarotes, según explicó la empresa propietaria a la cadena pública japonesa NHK.

El operador del crucero, que ha ido publicando los avances de los trabajos de desinfección en su portal de internet, tiene previsto reiniciar las operaciones del navío en mayo, añadió dicho medio.

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El Diamond Princess fue puesto en cuarentena a principios de febrero tras saberse que un pasajero que desembarcó en Hong Kong estaba infectado con el nuevo coronavirus SARS-CoV-2.

El brote a bordo del barco causó 712 contagios y 10 muertes bajo jurisdicción japonesa entre las aproximadamente 3,700 personas que viajan en él inicialmente.

El contagio de decenas de personas más se confirmó a su regreso a sus respectivos países tras su repatriación y un pasajero de nacionalidad australiana murió a su vuelta al país oceánico.

Hasta ayer, al menos otra decena de personas del navío permanecían en cuidados intensivos en centros hospitalarios de Japón, según los últimos datos del Ministerio de Salud.