París.- Los investigadores franceses desvelarán mañana las causas del accidente del avión que cubría la línea entre Río de Janeiro y París, que se estrelló el 1 de junio de 2009 en aguas de Atlántico con 228 personas a bordo.

Serán las primeras conclusiones de la Oficina de Investigación y Análisis (BEA) tras el estudio de las cajas negras del aparato, recuperadas del fondo marino en mayo pasado y analizadas en París.

Según el BEA, el informe que presentarán mañana contendrá "las circunstancias exactas del accidente con los primeros puntos de análisis y nuevos hechos establecidos a partir del estudio" de las cajas negras.

Hasta ahora, los investigadores habían apuntado como causa del siniestro una avería en las sondas de medición de la velocidad, dañadas a causa del hielo y que enviaron informaciones contradictorias a la cabina de pilotaje.

Pero el BEA había advertido siempre que ese problema no podía explicar por si solo el accidente, por lo que en el informe de mañana se esperan más precisiones.

El vuelo AF447 de la aerolínea Air France, un A330 del fabricante europeo Airbus, despegó con normalidad a las 7:29 p.m. del 1 de junio de 2009 del aeropuerto carioca de Geleao con destino a París y con 216 pasajeros a bordo y 12 miembros de la tripulación.

Cuatro horas y media más tarde se produjo el accidente que acabó con el avión en el fondo marino y sin supervivientes.

De las informaciones publicadas hasta ahora por los investigadores se desprende que los pilotos no disponían de informaciones válidas en la cabina en el momento del suceso.

Eso les llevó a aumentar la altura del aparato que, tras alcanzar los 38.000 pies, comenzó una caída libre que duró tres minutos y medio antes de estrellarse contra el mar.

En toda la secuencia que revelan las cajas negras, los investigadores notaron que los parámetros de vuelo que tenían los pilotos eran erróneos.

Las pesquisas deben determinar dónde se produjo el error y si los pilotos actuaron de forma adecuada.

Además, tratarán de establecer si Air France había preparado adecuadamente a sus pilotos para afrontar este tipo de eventualidad y si Airbus había alertado a las aerolíneas de estos fallos en las sondas de velocidad, que ya habían sido registradas en otros aviones con anterioridad.

Tanto Airbus como Air France están procesados por la justicia francesa por el accidente, aunque ambas empresas rechazan cualquier responsabilidad en el mismo.

Los familiares de las víctimas esperan también las conclusiones del BEA, al que han acusado hasta ahora de publicar exclusivamente elementos parciales de sus investigaciones.