La reina Isabel II fue uno de los personajes más relevantes del siglo XX. Su fallecimiento supone un fuerte golpe para los británicos, que estaban acostumbrados a la figura de la soberana.

La mujer, de 96 años, reinó por siete décadas en el Reino Unido y dejó un legado en millones de personas. Su fortuna quedará ahora en las manos de sus herederos y deberá ser repartida como lo indicó en su testamento.

Según el periódico ‘Sunday Times’, el dinero personal de la Reina está estimado en 370 millones de libras, unos 462 millones de dólares. La cifra se divide entre sus ingresos por la Subvención Soberana, la herencia del Ducado de Lancaster y sus propiedades.

La Subvención Soberana es un pago anual que realiza el Gobierno a la Reina para costear sus gastos de vida. Esta suma incluye precios de seguridad, viajes, personal y mantenimiento de residencias.

Para el 2020 y 2021, la monarca recibió 85,9 millones de libras, o 107 millones de dólares. El dinero se genera a partir de Crown Estate, un conjunto de granjas y terrenos del gobierno que producen ingresos. Entre el 15 y 25 % de las ganancias anuales van para la familia real.

Por su parte, el Ducado de Lancaster es una herencia con la que cuenta la Reina y que viene desde 1265. Son una colección de propiedades y empresas agrícolas que crean utilidades todos los años. En 2021 generaron 22,3 millones de libras para Isabel II.

La página de la realeza británica explica que este dinero se “utiliza principalmente para pagar los gastos oficiales que no cubre la Subvención Soberana (para cubrir los gastos incurridos por otros miembros de la Familia Real)”.

Riqueza personal

La joyas, obras de arte y propiedades como el palacio de Buckingham y el castillo de Windsor no le pertenecen realmente a la Reina. Hacen parte de un fideicomiso que es entregado al monarca que esté en el poder. Por lo tanto, ahora el dueño sería el rey Carlos III.

Los ingresos de las entradas al palacio de Buckingham y demás museos de la realeza se usan para mantener la Colección Real, un conjunto de obras y joyas que pasan de soberano a soberano.

Adicional a esto, Isabel II contaba con su propia fortuna. La Reina heredó las casas de Balmoral y Sandringham Estates de su padre, el rey Jorge VI. Cuando murió su mamá, la Reina Madre, le dejó una herencia estimada de 70 millones de libras.

Tras el fallecimiento de su esposo, el príncipe Felipe, Isabel II se quedó con diez millones de libras esterlinas que le pertenecían, más una biblioteca de más de tres mil libros.

La Reina también era dueña de la Royal Philatelic Collection, una colección de sellos que está evaluada en 100 millones de libras esterlinas y era uno de los pasatiempos de la monarca.